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Monteverde de la conservación a la acción.
  • De la conservación a la acción: un destino que abraza la naturaleza, impulsa la educación y fortalece su identidad local
  • De la conservación a la acción: un destino que abraza la naturaleza, impulsa la educación y fortalece su identidad local

Desde 1972, Monteverde ha liderado esfuerzos pioneros en conservación. Su primer gran paso fue la creación de la Reserva Biológica Bosque Nuboso de Monteverde. Hoy, el territorio cuenta con más de 29 mil hectáreas protegidas, siendo la mayor parte de ellas parte del Bosque Eterno de los Niños, una fundación local sin fines de lucro que conserva 22.600 hectáreas. Ambos no solo representan pulmones verdes, sino que son vi tales para la regulación hídrica, la captura de carbono y la protección de la biodiversidad.

Monteverde protege cinco veces más área de la que abarca su territorio oficial (53 km²), ex tendiendo su influencia conservacionista sobre más de 280 km², lo cual permea otros cantones y zonas rurales. Esta visión lo ha posicionado como un referente mundial en lucha contra el cambio climático

Uno de los proyectos más recientes es la renovación del centro de Santa Elena, con el objetivo de convertirlo en una avenida verde: inclusiva, accesible y adaptada al estilo de vida sostenible de la comunidad. El 85% de las empresas turísticas en Monteverde son locales, lo que refuerza el compromiso con el desarrollo comunitario, sostenible y auténtico.

En cuanto a los efectos del cambio climático, uno de los momentos más impactantes fue la extinción del sapo dorado hace más de 30 años. Actualmente, los principales riesgos recaen sobre especies que dependen del ecosistema del bosque nuboso y sus microclimas, especial mente anfibios. El aumento de 2°C en la temperatura media ha triplicado la duración de la época seca, pasando de 30 a 90 días.

También se suman otras amenazadas en especies como lo es, el árbol de gualillo, cuya fruta es el principal alimento del quetzal, una de las aves más icónicas de América Central. Ambas especies están en peligro de extinción debido a los efectos del cambio climático, que altera los ciclos de floración y alimentación. Su posible desaparición sería una pérdida irreparable para Monteverde y el mundo.

El quetzal, ave endémica de Monteverde, una de la especies que se encuentran amenazadas por el cambio climático.

Naturaleza, aventura y regeneración

 Monteverde ofrece un abanico de experiencias inmersas en la naturaleza: senderos, puentes col gantes, cascadas, avistamiento de aves y agro turismo. El parque Selvatura, rodeado de 850 acres de bosque nuboso, cuenta con canopy, mariposario y hábitat de perezosos, colindando con las principales reservas. Las Cataratas El Tigre, por su parte, ofrecen senderos hacia majestuosas caídas de agua y el innovador Bike Zipline, una experiencia para cruzar el dosel pedaleando entre los árboles.

El avistamiento de aves es uno de los principales atractivos, destacando la Reserva Curicancha, una experiencia que atrae a naturalistas y fotógrafos de todo el mundo. En esta zona se pueden observar más de 400 especies de aves, lo que representa casi la mitad de todas las especies presentes en Costa Rica. Sabías también que, Costa Rica alberga 12 de los 16 tipos de hábitats del mundo, y Monteverde, ubicado en la faja continental, se beneficia de esta riqueza al ser punto de encuentro para aves migratorias y residentes. Entre las especies más emblemáticas y endémicas que pueden observarse destacan el quetzal, la pájaro campana, la tángara capuchi grís, el tohi de garganta anaranjada, el colibrí de manglar y la lechuza boscosa, entre muchas otras. Un verdadero paraíso para los observado res de aves.

Asimismo, el agroturismo, apuesta por la agricultura regenerativa con experiencias educativas. Café Monteverde, El Trapiche y Garú Experiencias son solo algunas de las fincas que combinan producción responsable con formación. El café arábico de alta calidad, cultivado en suelos volcánicos y clima óptimo, es símbolo de la diversificación económica que ha acompañado históricamente al destino.

La oferta gastronómica en Monteverde también refleja el compromiso con la comunidad, consciente del valor de su tierra, de la necesidad de protegerla, y de que una alimentación saludable es parte integral de una vida sostenible.

Monteverde educa: naturaleza como aula viva

Monteverde no es solo un destino turístico, es una comunidad que educa, forma y crea con ciencia. Desde programas de educación ambiental para niños hasta tours interpretativos sobre comportamiento animal, su propuesta va más allá del asombro visual: invita a comprender cómo funciona la naturaleza y cómo podemos cuidarla.

La educación se entrelaza con cada componente del lugar, desde el avistamiento de aves hasta las visitas a fincas o proyectos de conservación. Se enseña, por ejemplo, cómo el dosel del bosque nuboso ofrece más alimento a mayor altura, lo cual atrae mayor biodiversidad a los puentes colgantes. Cada experiencia se transforma en una clase viva de ecología.

Monteverde ha evolucionado del ecoturismo a un modelo de desarrollo sostenible y regenera tivo. Hoy, se proyecta no solo como un destino, sino como una comunidad modelo donde la con servación y la educación son faros que guían al desarrollo.

El verdadero valor de esta comunidad no solo está en su belleza natural, sino en su compro miso genuino con el planeta y las futuras gene raciones.

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