Todo está listo para que este 23 de julio, un año después de lo previsto, inicien los juegos olímpicos en Tokio 2020, tras la suspensión obligada por causa de la pandemia. En esta oportunidad la delegación de Costa Rica tiene confirmados al menos 12 competidores en disciplinas como natación, ciclismo, atletismo, surf, gimnasia artística y BMX Freestyle; sin embargo, los méritos, más allá de alguna presea, podrían verse reflejarse en un desarrollo importante para futuras justas olímpicas.
Harry González, preparador físico y académico de la Escuela de Ciencias de Movimiento Humano y Calidad de Vida de la Universidad Nacional (Ciemhcavi-UNA), con más de 30 de experiencia en entrenamiento y administración deportiva, externó que para la delegación tica en Tokio 2020, se podría visualizar como un triunfo la obtención de alguna presea, o como país, ingresar al escalafón de medallas dentro de estas justas olímpicas, en respuesta al cumplimiento del Comité Olímpico Nacional (CON) que respalda estos ciclos deportivos cada cuatro años. “Siempre deben maximizarse las expectativas ideales de triunfo en atletas que en la temporalidad previa tienen buenos resultados en sus procesos preparatorios y de competición”.
González recalcó que en el ámbito deportivo se podría catalogar otro logro de Tokio, la proyección del país con miras a futuras competiciones olímpicas.
Atleta olímpico
González comentó que el proceso para llegar a una olimpiada es largo y cíclico, y está relacionado con una serie de factores por cumplir normalmente en las grandes potencias. En el caso de Costa Rica, se parte de las características, cualidades y aptitudes que al final deben tener los futuros atletas olímpicos, donde primero se descubre ese talento innato del competidor en determinada disciplina, luego se desarrolla toda una promoción del entrenamiento y la actividad competitiva, para después desarrollarse en el transcurso del tiempo.
El académico detalló que dentro del elemento formal y organizativo del alto rendimiento no es posible encontrar un competidor olímpico de hoy a mañana. La constante es que normalmente el alto rendimiento se desarrolla en un proceso que tiene una duración de hasta 12 años continuos de trabajo, partiendo de las etapas inferiores de iniciación deportiva y esas etapas tienen que ver con los modelos y deportes que establezca cada país.
González indicó que un atleta debe tener la capacidad de diferenciar entre lo positivo y lo negativo de un logro o no; es decir, una persona tolerante a la frustración para esos efectos. “La paciencia es un elemento que en alguna medida frustra carreras deportivas, debido a la filosofía de algunos entrenadores que quieren adquirir triunfos previos, antes de que el atleta cumpla con el proceso de formación, o sea aquellas medallas anticipadas que no muestran que el competidor tenga una base sustentable para el futuro desarrollo”.