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Se espera que al 2025, al menos 6 corredores biológicos se gestionen como refugios climáticos.

Tanto dentro como fuera de las ASP los ecosistemas son el principal objeto de esfuerzo para proteger, restaurar y mejorar su resiliencia, pues el nivel de especies y su variabilidad genética dependen de este nivel. Crédito de foto: ACG.
Tanto dentro como fuera de las ASP los ecosistemas son el principal objeto de esfuerzo para proteger, restaurar y mejorar su resiliencia, pues el nivel de especies y su variabilidad genética dependen de este nivel. Crédito de foto: ACG.
  • Se espera que al 2025, al menos 6 corredores biológicos se gestionen como refugios climáticos.

Por Silleny Sanabria Soto

La Política Nacional de Biodiver­sidad 2016-2015, se oficializó bajo el Decreto Ejecutivo N°. 39118- MINAE, en setiembre del 2015; y en él se estableció una ruta nacional para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, así como la distri­bución justa y equitativa de los benefi­cios que deriven de su utilización.

Como parte de la Estrategia Nacional de se busca Fortalecer la sostenibilidad y conectividad del Sistema de Áreas Silvestres Protegidas (ASP), como par­te de la meta global “Conectividad de Ecosistemas y Refugios climáticos”, como parte del objetivo estratégico de aumentar la conectividad entre las áreas silvestres protegidas mediante corredo­res biológicos.

¿Qué se ha logrado hasta el mo­mento?

  • Al 2020 se ha aumentado en 0,15% la conectividad ecológica en el país, mediante la creación de corredores biológicos terrestres, considerando los escenarios climáticos.
  • Al 2020 el 50% de corredores bioló­gicos cuentan con Plan Estratégico y aplican la herramienta de efectivi­dad de manejo.
  • Al 2020 se han Intervenido 1.000.000 hectáreas de cobertu­ra boscosa-paisajes (privilegiando conectividad, refugios climáticos, remanentes naturales, restauración bosque seco etc.) para evitar de­gradación de la tierra y favorecer la biodiversidad.
  • Al 2025 se espera que al menos 6 corredores biológicos gestionarán refugios climáticos.

Ecosistemas y vida silvestre

Crédito de foto: ACG.
Crédito de foto: ACG.

El ecosistema es el nivel de la biodiver­sidad en donde se generan las interac­ciones con los elementos abióticos (no vivos) para generar condiciones parti­culares de humedad, temperatura (por ejemplo, bosque nuboso), entre otros. En cuanto a los objetivos estratégicos y metas nacionales de este sub-tema se distinguen dos grandes divisiones de metas globales: La meta 3: orientada a ecosistemas terrestres (suelos, bos­ques, páramos) y la meta 4: orientada a los marino-costero y dulceacuícolas; y sobre la mejora de medidas de con­servación ex situ e in situ, para reducir el número de especies declaradas como amenazadas o en peligro de extinción.

Según la Estrategia Nacional de Bio­diversidad 2016-2025, las principales tendencias de pérdida de cobertura neta de ecosistemas documentadas lo pre­sentan el caso de manglares, arrecifes y páramos (por su deterioro y/o vulnera­bilidad al cambio climático).

En el proceso de priorización de ser­vicios ecosistémicos también se iden­tifican como prioritarios los servicios de regulación hídrica, alimento (agri­cultura y pesca), recreación y turismo asociados a los ecosistemas dulce-acuí­colas (acuíferos, humedales) y marino costeros. También recalca la importan­cia de restaurar la salud de los suelos, para prevención de erosión, regulación térmica e hídrica y la productividad agrícola-forestal bajo el enfoque inte­gral de cuencas.

El gran reto es encontrar las medidas compatibles de la productividad y me­dios de vida actuales con las necesida­des de ecosistemas actuales y futuros, en particular en el tema hídrico. Ade­más, es importante mejorar las medidas de concientizar y fortalecer el papel de la ciudadanía en cuanto a sus patrones de demanda de vida silvestre (aves ca­noras, madera ilegal, etc.) como princi­pal impulsor de actos ilícitos.

 

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