La Universidad Nacional (UNA) y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto firmaron un Convenio de Cooperación Específica para fortalecer y promover las actividades académicas, científicas, técnicas y culturalesde cara a la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC25) que se llevará a cabo en Niza, Francia, en el 2025 y en la que Costa Rica figura como nación coanfitriona.
A la luz del Convenio rubricado, se establece la colaboración del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto hacia la labor de investigación que realiza la UNA, y que generará un aporte hacia las discusiones en torno a la UNOC25.
Este acuerdo inaugura oficialmente la Cátedra Azul, una iniciativa liderada por la Escuela de Relaciones Internacionales de la UNA, respaldada por la Vicerrectoría de Investigación. Se fundamenta en el Convenio Marco de Cooperación que tanto la UNA como la Cancillería firmaron en el 2015 y que posibilita este tipo de alianzas estratégicas.
Al respecto, el director de la Escuela de RI, Marco Vinicio Méndez, manifestó que “este convenio representa un compromiso con la excelencia académica y la investigación, y subraya la importancia de la cooperación interinstitucional en la consecución de los objetivos comunes. Al unir fuerzas entre la UNA y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, se puede aspirar al logro de las metas globales en temas de sostenibilidad”.
Diplomacia azul
El aporte de la diplomacia hacia la consolidación de objetivos ambientales, en este caso, sustentado en la preservación y protección de los mares y océanos en todo el mundo, es una práctica que se le ha denominado la “diplomacia azul”, de manera que exista un involucramiento activo de los distintos actores, incluidos los Gobiernos, en el cumplimiento de las metas planteadas.
Durante este 2024, se llevarán a cabo una serie de conferencias preparatorias de cara al evento mundial del próximo año.
Al respecto, durante la actividad, el rector de la UNA, Francisco González, dio a conocer que fue aprobada una propuesta que planteó ante el Consejo Nacional de Rectores (Conare), de manera que sea la UNA la que coordine las actividades preparatorias de cara a la UNOC25.
A su vez, reconoció la importancia de la declaratoria de interés institucional que aprobó el Consejo Universitario en noviembre anterior de la iniciativa UNA Por los Océanos para lo cual se conformó una comisión institucional que está conformada por la Vicerrectoría de Investigación, la Escuela de Relaciones Internacionales, la Escuela de Ciencias Biológicas, la Escuela de Ciencias Geográficas, la Escuela de Química, la Escuela de Planificación y Promoción Social, el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (Iret) , el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación (Aice), la Sede Regional Chorotega, el Programa Interdisciplinario Costero y el Departamento de Física.
El rector de la UNA, Francisco González, indicó que “desde la UNA afirmamos el espíritu colaborativo que hemos desarrollado a lo largo de más de cinco décadas de trabajo constante. La comunidad internacional ha trazado un compromiso global por conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. Ese compromiso es fundamental por cuanto la acción humana ha tenido un impacto importante que debe resarcirse”.
El jerarca manifestó la importancia de que el financiamiento de las investigaciones vinculadas a ciencia oceánica, el aumento de los esfuerzos de concientización, la promoción de soluciones basadas en la pesca y el abordaje de los impactos de las acciones humanas sobre la vida marina, son factores claves que deben considerarse al tenor de la Conferencia y las acciones previas.
El Convenio se firmó este jueves 8 de febrero, en la Casa Amarilla, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Contó, además de la asistencia de las autoridades universitarias, con la presencia del ministro de Relaciones Exteriores, Arnoldo André y la embajadora de Francia en Costa Rica, Alexandra Bellayer-Roille.
La Embajadora hizo un llamado a “actuar de manera urgente para mitigar todas las presiones ejercidas sobre los océanos, en un contexto donde la gobernanza en esta materia está fragmentada”.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Arnoldo André recalcó que “la ciencia ha demostrado que los océanos absorben una cantidad significativa de dióxido de carbono, pero lamentablemente estamos presenciando un aumento sin precedentes de las temperaturas en las costas que ponen en riesgo la sostenibilidad”.
Fundamentando estas manifestaciones, el rector González, señaló la necesidad de avanzar en una agenda que procure la salud de los océanos, en un entorno donde el área marina protegida en Costa Rica creció hasta en 1.075% desde el 2022 y donde el territorio marino equivale a 57.237kilómetros cuadrados