Por el Dr. Luis Enrique López Román, Académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
Los avances tecnocientíficos han logrado mejorar la calidad de vida de la población, lo que ha favorecido el incremento en la expectativa de vida y, con ello, también una mayor incidencia de enfermedades neurodegenerativas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, al representar entre el 60 y el 70 por ciento de los casos de demencia. Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer para hacer conciencia sobre esta patología que afecta en especial a los adultos mayores.
Se estima que para el año 2050 la prevalencia de la enfermedad Alzheimer se duplicará en Europa y se triplicará en todo el mundo. En México se estima que existen más de 350 mil personas afectadas por la enfermedad.
Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1907 por el médico alemán Alois Alzheimer, quien estuvo tratando a una paciente que fue desarrollando deterioro de memoria y cuadros de delirios paranoides. Su autopsia reveló atrofia del cerebro.
¿Cuál es la causa de esta enfermedad?
En realidad, existen aún muchas incógnitas acerca de su etiología. La edad avanzada es el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad; la prevalencia se incrementa entre los 65 y los 85 años, duplicándose cada 5 años; se han identificado otros factores de riesgo como genéticos, el sexo femenino, el bajo nivel educativo y cultural, traumatismo craneal previo, hipertensión arterial, entre otras.
Las manifestaciones clínicas que se presentan en un paciente con Alzheimer se deben a alteraciones de diversos neurotransmisores sintetizados en las células neuronales, principalmente la acetilcolina, el cual desempeña un papel importante en el manejo de la memoria y la conexión de distintas áreas cerebrales para realizar las tareas.
Algunos datos que nos ayudan a identificar a un paciente con Alzheimer son:
- Deterioro de la memoria reciente más que la remota, esto es, frecuente que el paciente no recuerde lo que hizo en la última hora o que estaba conversando hace un rato.
- Afasia, la cual consiste en una alteración del lenguaje, en la influencia verbal y en la búsqueda de palabras.
- Apraxia, que se manifiesta por la incapacidad de realizar tareas que previamente realizaba sin problema.
- Los pacientes suelen presentar anosognosia, en la que el paciente no reconoce su incapacidad para recordar situaciones, palabras o cosas.
¿Es posible curar la enfermedad?
Aunque se han logrado avances significativos, aún no es posible su curación, por lo que su tratamiento es sintomático, es decir, se tratan los síntomas que va manifestando el paciente. El tratamiento farmacológico a base de inhibidores de la enzima que degrada la acetilcolina para compensar el déficit relativo del neurotransmisor que existe en estos pacientes. Este tipo de terapias podría enlentecer el avance de la enfermedad.
¿Podemos prevenir la enfermedad?
Aunque aún se encuentra en estudio, se proponen como medidas preventivas evitar el tabaquismo y el alcoholismo, así como mantener un estilo de vida saludable con una dieta sana y actividad física regular. También se aconseja promover las actividades encaminadas a reforzar la memoria a través de memoramas, crucigramas, sopas de letras, sudoku, entre otros.