- Las oficinas de código abierto habilitan, optimizan y organizan el uso del código abierto para alcanzar mayores beneficios en los negocios
Las soluciones open source han probado sus beneficios económicos y productivos para las empresas; además de aportar cualidades éticas en su aplicación al brindar la posibilidad de estudiar, modificar y compartir los códigos fuentes, promoviendo la colaboración entre usuarios y generando nuevos esquemas culturales.
Lo anterior, que podríamos definir como “cultura abierta”, permite que los usuarios de un determinado programa puedan corregir errores, mejorar funciones básicas o añadir personalizaciones que requieran para su comunidad, lo cual mejora la confianza y la proyección de uso hacia el futuro.
“El desafío actual tiene que ver con la transformación cultural. En el open source -código abierto-, se encuentran herramientas para facilitar el cambio de cultura organizacional, el crecimiento de la productividad y de los negocios”, comentó la directora de Ventas en Centroamérica y Caribe para Red Hat, Martha Ardila.
La experta agregó que uno de los principales problemas es que las empresas mantienen planes de negocios tradicionales sobre los que trazan sus operaciones y objetivos con prácticas comerciales cerradas; mientras que los procesos del código abierto tienen metodologías propias, en las cuales su desarrollo es colaborativo y la pertenencia de los productos finales es comunitaria.
“Para lograr una articulación entre la cultura organizacional y la cultura abierta, proponemos la creación de ‘oficinas de código abierto’ en las empresas, donde se pueden habilitar, optimizar y organizar el uso del código abierto para vincularlo directamente con los planes de negocios a largo plazo de una empresa”, explicó la vocera de Red Hat.
“Estas oficinas deberán establecer el uso del código, la distribución, la selección, la auditoría y otras políticas, así como, capacitar a los desarrolladores, garantizar el cumplimiento legal, promover y construir un compromiso comunitario que beneficie estratégicamente a la organización”, añadió.
Ardila indicó que, si bien no existe una estructura de oficina de código abierto que pueda aplicarse a todas las industrias, sí deben seguirse cuatro puntos básicos para su construcción: mejora de capacidades y ejercicio de ingeniería; reducción de riesgos legales; generación de beneficios financieros y, finalmente, desarrollo de comunicaciones y relaciones interinstitucionales.
De igual manera, el cumplimiento de las licencias de código abierto es indispensable, tanto para creadores y distribuidores de software, como para usuarios.
Por esa razón, es indispensable generar un marco de reducción de riesgo legal, manteniendo la supervisión y revisión del cumplimiento de las normas y garantizando que la contribución a los proyectos de código abierto sea eficaz respecto a su consumo.
De la mano del liderazgo
Para Ardila, la cultura abierta va más allá de la tecnología, también debe verse como un modelo de cultura organizacional que aprovecha los aprendizajes y conocimientos de los desarrolladores y se enfoca en potenciar a los equipos de trabajo y sus metodologías.
“Uno de los elementos que más se debe considerar en la planeación de una oficina de código abierto es encontrar el líder adecuado, quién ayudará al desarrollo e implementación de la estrategia dentro de la compañía. Esta persona deberá tener una alta comprensión de cómo funciona el código abierto y un alto conocimiento sobre la empresa”, resaltó la experta.
Adicional a esto, agregó, es necesario que tenga algunos conocimientos técnicos o haya formado parte de proyectos que involucren la cultura abierta, mezclados con habilidades de gestión y comerciales que ayuden a transmitir la estrategia y el plan open source a todas las unidades de negocio.
“Las organizaciones deben darse cuenta de que la transformación debe estar centrada en las personas. No puede ser solo de arriba hacia abajo, teórico o alejado de los resultados. Eso solo permite que crezca el miedo y la resistencia al cambio”, finalizó la ejecutiva.