En conmemoración del Día Mundial del Refugiado, que se celebra este domingo 20 de junio, desde el jueves 17 y durante todo el fin de semana, los principales edificios de la ciudad de San José se iluminarán de azul en solidaridad con las más de 100 mil personas que han tenido que huir a Costa Rica para salvar sus vidas.
Los edificios del Banco Nacional, Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, Instituto Nacional de Seguros, la Caja Costarricense del Seguro Social y el Instituto Costarricense de Electricidad, encenderán sus bombillas de azul, como parte de la iniciativa convocada por el Alto Comisionado de las Nacionales Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El azul es el color de la paz y es parte integral de la identidad de las Naciones Unidas y del propio ACNUR. Este año la agencia hace un llamado para que se les permita a las personas refugiadas contribuir con la reconstrucción del mundo tras la pandemia.
“La COVID-19 ha puesto a prueba los sistemas de salud, de educación y a las comunidades. Todos hemos tenido que poner de nuestra parte para mantenernos a salvo y, a pesar de los desafíos, las personas solicitantes de refugio y refugiadas han dado un paso adelante. Si se les da la oportunidad, las personas forzadas a desplazarse seguirán contribuyendo al país y a sus comunidades de acogida”, aseguró Milton Moreno, Representante del ACNUR en Costa Rica.
Moreno también resaltó el gesto de las instituciones por unirse a la conmemoración e hizo un llamado para que todos los sectores de la sociedad sigan trabajando en conjunto para que las personas refugiadas tengan la oportunidad de reconstruir su vida con dignidad y seguridad en el país, pero sobre todo para que puedan aportar a su economía y cultura.
Debido a la pandemia y en observación a las medidas de prevención solicitadas por el Ministerio de Salud, este año el ACNUR no ha organizado ningún evento presencial. La iluminación de los edificios emblemáticos de San José será parte de una campaña en redes sociales bajo el lema “Juntos nos cuidamos, aprendemos y brillamos”.
En el mundo, más de 80 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares a raíz de conflictos y persecuciones, lo que representa el 1% de la población mundial. Entre ellas más de la mitad son menores de 18 años.