Si bien la mayoría de la población encuestada percibe que Costa Rica atraviesa una situación de crisis (93.4%), lo que identifican como más apremiante es la crisis económica, según evidencian los resultados de la encuesta “Percepciones de la población costarricense e implicaciones de la pandemia COVID-19 en diferentes aspectos socioeconómicos y ambientales”, realizada por el Instituto de Estudios Sociales en Población de la Universidad Nacional (Idespo-UNA).
Los niveles de acuerdo más alto respecto a la crisis que vive el país se encuentran en relación con la crisis económica, con un 4.727, en una escala de 1 a 5, donde 5 significa “totalmente de acuerdo”.
Le siguen la crisis política (4.11) y la crisis en salud pública se ubica en tercer lugar (3.91). También mencionan la crisis social (3.85), la educativa (3.62) y la ambiental-ecológica (3.31).
“Por lo tanto, si bien tiende a existir la percepción de la población costarricense sobre la existencia de una situación de crisis en distintos aspectos de la vida nacional, parece ser que para la mayoría de la población la crisis se concentra principalmenteen el campo económico y político”, se destaca en el informe de la investigación.
Disminución de ingresos
Con el estudio se busca contribuir en la comprensión de cómo la emergencia sanitaria por la covid-19 incide en las percepciones sobre la noción de crisis en el país, las condiciones de trabajo, seguridad y soberanía alimentaria, entre otros aspectos.
Desde el ámbito económico, la investigadora María Leonela Artavia-Jiménez, coordinadora del Programa Sectores Productivos y Desarrollo (SEPRODES) de la Escuela de Economía de la UNA, resaltó que la encuesta evidencia cómo la pandemia ha afectado en términos laborales a la población; de hecho, las personas encuestadas consideran la pandemia como la mayor causa de la problemática del desempleo.
Los datos de la encuesta muestran que el 51% de la población encuestada percibe que sus ingresos han disminuido durante la pandemia, situación que afecta especialmente a las mujeres. Así, un 24% de las mujeres encuestadas tuvieron que asumir otro empleo durante la pandemia para mitigar la disminución de sus ingresos.
El tema de la disminución de ingresos se manifiesta, además, en un ajuste en el consumo de ciertos alimentos. De acuerdo con la encuesta, la carne es el alimento que más personas señalan que han disminuido su consumo (58%), seguido por las frutas (47,3%) y las verduras, legumbres y hortalizas (45.2%).
Además, la investigación permite ver que parte de la población está teniendo problemas para satisfacer sus necesidades relacionadas con salud, educación, agua potable, transporte, internet, entre otras.
El estudio revela que las mujeres perciben que tienen mayores dificultades (36.37%) que los hombres (28.37%) para satisfacer las necesidades alimentarias de su hogar. Esta situación también se repite cuando se consulta sobre la satisfacción de las necesidades de educación y salud de los hogares.
“Esto es de una importancia mayor desde la lectura de la economía, donde la satisfacción de las necesidades es fundamental para el bienestar de la población y hace un llamado a emprender las acciones necesarias para mejorar las condiciones de vida de esta población”, subraya Artavia.