- Miguel Fajardo. Casa Guanacaste (1980-2010). San José: Uruk Editores (Colección Batsú), 2010: 106 páginas. Edición de 1000 ejemplares.
Este libro es una de las lecturas recomendadas por el Ministerio de Educación Pública, en poesía, para sétimo año. El volumen contiene un epígrafe del Dr. Francisco Vargas Vargas: “Nosotros no somos más que el puente sobre el cual pasarán las futuras generaciones”. En el prólogo, el escritor y poeta Marco Tulio Gardela, presidente del Centro Literario de Guanacaste, expresa:
“Guanacaste es solo luna, pero el guanacasteco es quien le otorga su luz. Y, precisamente, Miguel Fajardo se ha constituido en vértice luminoso de esta “Casa Guanacaste”, que habita con certeza de asombro y fervor cotidiano.
El libro poetiza acontecimientos cardinales de la historia provincial, como el puño inclaudicable del Partido Confraternidad Guanacasteca y su caudillo, el doctor Francisco Vargas Vargas, la valentía sin cerrojos del Batallón de Moracia, el oro colosal e infame de las Minas de Abangares, la fe cumbre de la Anexión, la Guanacastequidad, la Casa Gobernación de Guanacaste, la Independencia del Partido de Nicoya. |
La identidad guanacasteca se patentiza desde el torrente ancestral de la Gran Nicoya, con su cultura autóctona, plena de grandeza y de ecos sempiternos, donde el poeta se “piensa chorotega”. El manantial del paisa- je inunda nuestros ojos, con el Tempisque, Cuajiniquil y Puerto Soley, en majestuoso canto nacido en la vastedad del espíritu, que florece con susurros de infinitud.
Los poemas concernientes a músicos estelares de la pampa son configurados como la conciencia de un espacio-tiempo singular, en el cual Medardo Guido, Héctor Zúñiga y Sacramento Villegas, son floración artística que reafirma la autenticidad.
El símbolo telúrico por antonomasia, el árbol de guanacaste extiende sus “orejas” al horizonte de la Patria Regional, para proclamar el derecho inalienable a la dignidad, en la tierra de los llanos, mientras que el boyero renace emblemático en los senderos de la nostalgia
(…) En todo el poemario subyace un grito de protesta y denuncia, es como si un clamor surgiera de la raíz para manifestar la problemática del ayer y de hoy. El ¡Viva Vargas! permanece en el pueblo por siempre y “Gil Tablada”, “Precarista” y “Yolanda Guido” propagan su voz contra la injusticia.
El lenguaje poético de Miguel Fajardo Korea alcanza cimas al crear imágenes de radiante cincel y utilizar diversos recursos del quehacer literario, por ejemplo, la unidad narración-poesía, en algunos poemas de índole histórica y, ante todo, la presencia diferenciadora de la “guanametáfora”: expresión artística con tema regional.
Este es un libro imprescindible de la biblioteca provincial, que enaltece no solo la literatura guanacasteca, sino la costarricense en general. “Casa Guanacaste” (1980-2010) es la morada lírica donde debemos residir, con el corazón esplendente de Guanacastequidad, para seguir forjando el surco insomne del Guanacaste Eterno.