Por: Lic. Miguel Fajardo
Publicado en la Colección “Joven Creación”, de poesía, número 8. Dividido en dos partes. En la segunda, se incluye el poemario “Insurrección de las cosas”, de Miguel Alvarado. Portada de Osvaldo Salas. Edición de 2500 ejemplares. El libro ganó el Premio JOVEN CREACIÓN 1980, con el siguiente jurado: Alfonso Chase, Habib Succar y Rosita Kalina. Fue presentado editorialmente por el distinguido escritor y académico costarricense, Isaac Felipe Azofeifa (1909-1997).
Dedicado “A mis compañeros de generación, con fe y solidaridad”.
Libro paralelo de estreno. Contiene 50 poemas. Con él, sumé mi segunda obra a la literatura nacional. De acuerdo con el acta del jurado, dicho poemario es un libro “de gran calidad lírica, sostenido y abierto a las posibilidades de definir una poesía con honda vocación introspectiva y adecuado uso de recursos literarios”.
ESTACIÓN DEL ASEDIO busca un acercamiento a la identidad humana. Son textos de apretada síntesis, en exploración solidaria con el ser, donde se propicia la rehumanización con temas donde el sujeto lírico aborda ejes temáticos, tales como el silencio, la soledad, el exilio, la fe, la vida, el amor, la verdad, la existencia o la muerte, con cargas semánticas inquisidoras.
El prestigioso crítico chileno Alberto Baeza Flores (1914-1998) expresa:
En “Estación del asedio”, de Miguel Fajardo, encontramos un clima de inventiva poética y de sorprendentes exploraciones verbales que tocan a veces un barroquismo culterano resplandeciente y, otras veces, un existencialismo raigal (…) Esta poesía de Fajardo está cruzada de sorprendentes evidencias de un realismo mágico, de un neorrealismo onírico y todo este mundo inesperado, personalísimo, nos atrae como una isla única” (Alberto Baeza Flores, Análisis, República Dominicana N. 57, mayo 1981, p. 46).
UN POEMA FINAL
Un resto que no arde
es la ceniza,
el aguanieve final
el envejecimiento de las hojas.
CÁNTICO
Tienes el cántico
de los desiertos
y el cántico roto
de los escudos.
Tienes,
el encuentro triste
y el peso exacto, de
los convictos.