La identidad de los seres humanos, se basa en un conjunto de rasgos, que van definiendo al individuo. Como parte de los rasgos de cada uno, está su identidad cultural, que se sustenta en usos y costumbres de su pueblo. La cultura de una sociedad, se define por sus costumbres, tradiciones, formas de vestir, bailar, hablar, entre otras, y todas unidas, crean la identidad de un pueblo, esa identidad que los define, que los hace orgullosos de su origen y de su legado, creando un sentido de pertenencia.
Nosotros los guanacastecos, nos debemos sentir orgullosos de nuestra identidad, de nuestra música, de nuestras comidas, bailes, en fin de todo aquello que nos hace ser y sentir a esta provincia. Sin embargo, debemos reconocer que la globalización, el turismo, la migración, son factores que han impactado, la cultura de nuestro pueblo, estos factores, permean en los usos y costumbres de la sociedad guanacasteca y producen cambios, especialmente, en las generaciones más jóvenes, que son más influenciadas.
La conservación cultural de nuestros pueblos, cada vez se ha vuelto más difícil, los factores externos, son cada vez más influyentes, sin embargo, es un deber el rescate y preservación de dichas costumbres, le debemos a las nuevas generaciones, saber su origen, conocer de donde vienen y porque somos quien somos hoy en día.
Nuestra provincia le debe mucho al turismo, y en un momento en que la tendencia mundial, se basa en las experiencias, tenemos que crear conciencia que quienes nos visitan, no vienen a ver y vivir experiencias, fácilmente accesibles en sus países, vienen a Costa Rica, y a Guanacaste, en particular, a conocer al guanacasteco, al que come rosquillas, al que desayuna con tortilla recién hecha y no con pan, aquel que cuando necesita que le arreglen un zapato, va donde el talabartero del barrio, a quien conoce de toda la vida, y le pide que se lo arregle, eso es lo que tenemos y debemos ofrecerle al turista.
Pero más importante, que conservar la cultura de nuestro pueblo, para atraer turismo, es rescatarla, para nuestros hijos, esos que han nacido en Guanacaste, con una herencia cultural maravillosa y que les estamos negando, y al hacerlo, les negamos parte de su identidad, violándoles uno de los derechos humanos, más valioso, ellos tienen derecho a saber de donde provienen y sentir parte de tan basta cultura.
Los ciudadanos, debemos de hacer conciencia, que la conservación y rescate cultural de nuestros pueblos, es responsabilidad de cada uno de nosotros, continuar con las tradiciones nos corresponde a todos. Los costarricenses, tenemos la costumbre de esperar que las autoridades resuelvan las cosas, que ellos actúen, pero en este caso en particular, debemos dejar de lado esta mentalidad y comenzar a poner nuestro granito de arena, donde cada uno de nosotros contribuya para que las nuevas generaciones sepan quienes son y estén orgullosos de nuestra cultura y nuestra historia.
Opinión de Ana Gabriela Alfaro Jirón, Abogada y estudiante de la maestría en Derechos Humanos, UNED