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Más de 80 emprendedores rurales que forman parte del Camino de Costa Rica recibieron una certificación del programa Service Best, impartido por Canatur en alianza con la Asociación Mar a Mar.

Iniciativa busca elevar los estándares de atención al visitante y potenciar el desarrollo económico local a lo largo de los 280 kilómetros de esta ruta entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Con el objetivo de elevar los estándares de atención al visitante y potenciar el desarrollo económico local, más de 80 prestadores de servicios turísticos que forman parte del Camino de Costa Rica —entre ellos operadores de tours, propietarios de alojamientos, campamentos, sodas, restaurantes y transportistas— se certificaron en excelencia en el servicio al cliente mediante el programa Service Best, desarrollado por Tourism Saskatchewan Canadá.

La capacitación fue impartida por la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) en alianza con la Asociación Mar a Mar, en el marco del proyecto “Herramientas para la Reactivación del Turismo en Centroamérica (Reactur)”, ejecutado por la Federación de Cámaras de Turismo de Centroamérica (Fedecatur), con el cofinanciamiento del BID Lab.

“El Camino de Costa Rica representa una oportunidad ejemplar de turismo rural comunitario, al conectar más de 25 comunidades a lo largo de sus 280 kilómetros entre los océanos Atlántico y Pacífico. La mayoría de los alojamientos y servicios que se brindan son pequeños emprendimientos familiares que han acondicionado sus casas o fincas para recibir a los turistas. Por eso, quisimos que esta capacitación tuviera un impacto real y positivo en quienes están generando bienestar desde el turismo sostenible”, explicó, Shirley Calvo, directora ejecutiva de Canatur.

Por su parte, Marta Blanco, directora ejecutiva de la Asociación Mar a Mar, destacó la importancia de este espacio como una oportunidad para fortalecer la identidad y la conexión entre las comunidades que conforman el Camino.

“Contar con una certificación en servicio al cliente es fundamental para el Camino y para cualquier negocio turístico, pero el mayor valor de esta actividad es el componente humano: poder ponerle rostro y personalidad a cada etapa del Camino. Por primera vez, muchas de estas personas se conocen en persona y comprenden que forman parte de un solo proyecto, donde la calidad del servicio que brinda cada uno impacta en los demás. Este encuentro refuerza el sentido de comunidad y la responsabilidad colectiva que hacen del Camino de Costa Rica un ejemplo de turismo sostenible”, afirmó.

Desde la comunidad indígena Tsiöbata del territorio Cabécar, Nairi Awari, el Líder del Comité de Etnoturismo Tsiöbata, Leonardo Martínez, resaltó el aprendizaje y el compromiso que la capacitación inspira.

“Ha sido una experiencia muy bonita. Me ha gustado porque uno aprende muchas cosas que antes no tomábamos en cuenta o no pensábamos que pudieran funcionar. Esto nos abre la mente para aplicarlo en nuestros proyectos. Con lo aprendido puedo llegar a mi comunidad, conversar con las personas que colaboran y buscar juntos formas de hacer mejor las cosas. Recibimos información valiosa que nos puede hacer crecer”.

Otra de las participantes, Rita Quirós, empresaria de la etapa 5: Ruta Láctea de Pacayitas, y propietaria de Comidas Rita, donde ofrece alimentación y hospedaje, destacó el valor del taller y poder conocer a emprendedores de otras etapas del Camino.

“Lo que más me gustó fue poder compartir un día con la mayoría de los compañeros que brindan servicios en las diferentes etapas; siempre había pensado en eso, poder conocerlos y estar en contacto con ellos. Además, ha sido una experiencia muy enriquecedora para seguir mejorando el servicio cada día, aprender más sobre la manera de atender a los senderistas y ofrecerles un mejor trato”, señaló.

A lo largo de sus 280 kilómetros, el Camino de Costa Rica se divide en 16 etapas y conecta más de 25 pequeñas comunidades rurales. La mayoría de los servicios turísticos disponibles son ofrecidos por familias que han emprendido desde sus propios hogares o fincas, brindando alojamiento, comida casera y experiencias culturales auténticas a los excursionistas que recorren la ruta.

Canatur destacó que esta formación forma parte del compromiso de la Cámara por promover un turismo sostenible e inclusivo, que impulse el desarrollo económico local y potencie experiencias auténticas para los visitantes.

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