Universidad Nacional (UNA) presentó los resultados de la encuesta Componentes psicosociales de la calidad de vida de las personas mayores en Costa Rica, como parte del Programa Envejecimiento, cambios poblacionales y retos sociales.
El estudio se realizó en el mes de junio del 2019, se basó en una muestra de 603 personas, de más de 60 años, y tuvo como objetivo identificar sus percepciones sobre los componentes psicosociales asociados a su calidad de vida.
Con respecto a sus relaciones interpersonales, el 77.3% de los entrevistados señaló que no asistía a grupos organizados para personas mayores.
Cerca del 80% de los entrevistados indicaron que su calidad de vida era buena o muy buena, en general esta respuesta dependía del nivel educativo y académico con el que contaban.
El 74.3% presentaban un padecimiento de salud, entre las principales enfermedades estaban: la presión arterial alta o baja, diabetes y problemas de desgaste en columna o rodillas. Según los expertos, el dominio de la salud tiene un efecto en la percepción de calidad de vida, pues de las personas que se entrevistaron, más del 84% indicó que estaban satisfechos.
Con respecto a sus relaciones personales según reciben visitas de amigos o familiares, o con personas que se preocupan por su bienestar, con muestras de amor y afecto, el 71% comentó estar satisfecha y tan solo un 21.3% no está satisfecho con sus relaciones personales. Quienes están a gusto con este tema, basaron su decisión en que siempre o casi siempre cuentan con alguien que se preocupe por lo que les está pasando y que reciben amor y afecto con frecuencia.
Un 84.2% considera que su vida tiene un propósito, y un 97,2% indicó que tiene fortaleza espiritual en su interior, lo que les ayuda a vivir mejor.
En este tema, las personas hacen una evaluación de su trayectoria de vida, lo cual según los investigadores es de importancia, pues el propósito de vida permite que las personas puedan sobrellevar el proceso de crecimiento, y que con una ayuda espiritual, en una conexión con un ser supremo, les ayuda a vivir mejor.
De ellos el 88% practica una religión, que les ayuda a sentir mayor seguridad y ayuda ante momentos difíciles.
Los investigadores coinciden en que es necesario trabajar en políticas públicas que atiendan las necesidades de esta población para que partan desde un modelo integral de salud, no solo física sino también psicológica para mejorar su calidad de vida.
Es fundamental garantizar el acceso y ejercicio a los Derechos Humanos para mejorar la calidad de vida.