Todo comenzó en el Liceo de Colorado, en el Golfo de Nicoya. Allí Diego consiguió una marimba para hacer sus clases más interactivas y alegres gracias a una donación de la Municipalidad de Abangares. La llegada de este instrumento se alumbró con el talento de un grupo de estudiantes que se motivaron aún más para aprender y crear música con su profesor. La Orquesta del Conchal, nombrada así por los manglares de Colorado de donde extraen pianguas, causó sensación en sus primeras presentaciones dentro y fuera de la comunidad. Santa Cruz, Cañas, Liberia y Naranjo fueron algunos de los lugares a los que llegó aquella agrupación estudiantil liderada por el profesor Villalobos. La directora de aquel entonces apoyó el proyecto con entusiasmo y convicción, algo muy importante para el éxito del proyecto, tanto que al concluir la secundaria los muchachos le preguntaron a su profesor, “¿y ahora, ¿dónde vamos a ensayar y cuáles instrumentos vamos a toca?”. Aquella pregunta no era fácil de responder.
Diego cuenta que nunca había tenido una experiencia como empresario musical. No sabía nada de aquel negocio, tampoco de equipos de sonido o mezcladores, pero sí sabía que no podía dejar aquellos jóvenes con la ilusión de seguir tocando y con una carrera acabada cuando apenas comenzaba a andar. Así fue como luego de conversar con su esposa decidió invertir en el equipo necesario para formar una nueva orquesta con sus exalumnos, una que pudiera ir a tocar en eventos y significar una fuente de ingreso y realización para todos sus jóvenes integrantes.
Aquel educador que con tanta ilusión había conseguido una marimba para su colegio decidió comprar otra, pero también parlantes, micrófonos, luces y demás equipo necesario con tal de mantener vivo el entusiasmo de sus muchachos, abonar el talento probado y desarrollar un nuevo negocio artístico que pudiera emplear a los jóvenes músicos que habían estudiado con él y que ahora necesitarían dinero para seguir estudiando. Decidieron bautizar la nueva orquesta con el nombre María Isabel para honrar a la mamá del profesor que los había inspirado a embarcarse en esta aventura musical, una que rápidamente traspasó las fronteras de Guanacaste, llevarlos a compartir escenario con grupos como Azul Plata y a tocar en el famoso salón Viejos, en Sarchí de Alajuela, lugar al que han ido varias veces, para alegrar a los asistentes fiebres de la música tropical.
Hoy, más de un año después de la primera aparición pública de la Marimba Orquesta María Isabel, el profe Diego y seis de sus alumnos coloradeños siguen juntos haciendo música. A ellos se sumaron dos cañeros para completar la nómina de ocho, siete jóvenes estudiantes y un profesor que supo enamorarlos de la música con su vocación y motivarlos para seguir estudiando, pues estudiar es requisito para tocar en el grupo. Algunos se pagan la universidad con lo que ganan en sus presentaciones, mientras que otros ayudan a sus familias, todo gracias a los sones de una marimba guanacasteca que canta por un mejor futuro para todos.
Si quieren conocer más sobre el grupo o saber dónde tocarán las próximas semanas, pueden seguirlos en su página de Facebook: www.facebook.com/ marimbaorquestamariaisabel/