Durante el desarrollo de las obras del Proyecto Geotérmico Las Pailas II, personal del Instituto Costarricense Electricidad (ICE) localizó un petroglifo tallado por aborígenes entre los años 300 a 800. La pieza se exhibe en la entrada de la Planta Geotérmica Las Pailas I, en Liberia.
El descubrimiento se realizó en el área de influencia del proyecto y fue el hallazgo arqueológico más relevante del período constructivo, iniciado en 2013. Después de ubicarlo, el petroglifo permaneció en el mismo sitio arqueológico El Blanco, en la margen izquierda del río Blanco, fuera de los linderos del Parque Nacional Rincón de la Vieja.
Sin embargo, la pieza fue trasladada para evitar el saqueo ilegal o huaquerismo. “Gestionamos ante el Museo Nacional la movilización del petroglifo a la zona verde contigua a la entrada principal de Las Pailas I. Hoy se puede admirar en ese punto”, explicó Farrel Ruiz, coordinador de Gestión Ambiental del Proyecto Geotérmico Las Pailas II.
El petroglifo fue identificado y descrito por la arqueóloga Gabriela Zeledón, en su proyecto de investigación “Iconografía de los petrograbados ubicados en la sección del pie de monte suroeste del macizo volcánico Rincón de la Vieja”. Es de los más pequeños identificados en el área, característica que facilitó su traslado y su resguardo.
La investigación de Zeledón concluyó que el grabado forma parte de un cementerio del período Bagaces (300 a 800 años de la época actual). El punto original se encuentra muy cerca de tres sitios de tipo funerario que pertenecen al mismo momento histórico, todos ellos ubicados en las márgenes del río Blanco.
Estas y todas las actividades vinculadas al tema arqueológico en Las Pailas II se ejecutan de acuerdo con la Ley de Patrimonio Arqueológico Nacional, y forman parte de la Gestión Ambiental del Proyecto.
El colibrí
Los signos que presenta el petroglifo resguardado son dos cruces. El más pequeño forma parte de un ala y el dorso de una figura zoomorfa. Para el biólogo José Ramírez, estos trazos corresponden a un colibrí.
Los aborígenes que habitaron la zona durante el período Bagaces vinculaban esta ave con la fecundidad, la fertilización, el engendramiento y la procreación. Esto por la acción que realiza al penetrar las flores con su largo pico para alimentarse.