El joven aguerrido Juan Santamaría es conocido y reconocido por todos los centroamericanos, pero en especial por los costarricenses por aquella memorable hazaña “en la segunda batalla de Rivas en abril del año 1856”, en contra de los filibusteros norteamericanos que querían apoderarse de Centroamérica. El jefe de los invasores era William Walker (1824-1860).
Tuvo valentía y amor por su patria al incendiar “el mesón de Guerra”, que lamentablemente en esa acción perdió la vida, es suficiente para que fuera declarado héroe nacional por ser el principal protagonista de esa victoria histórica; tardaron muchas décadas para que fuera declarado héroe Nacional de Costa Rica. Él no era un mercenario, si lo hubiese sido, no se hubiese arriesgado a entregar su vida, lo que hizo fue extraordinario para el bien de la población de nuestra región.
Dejó todo para defender su patria, él representa a todo un país que demuestra valentía y honor; un guerrillero cuando sale de su casa vive el riesgo de morir pronto, o quedar discapacitado físicamente, si es que no muere. Ir a la guerrilla es para los audaces, tal como lo fue Juan Santamaría. Su esfuerzo, decisiones y acciones por toda la población de Costa Rica debe ser conocida, especialmente por los estudiantes, ese impávido guerrillero es símbolo de gloria en la historia de este estupendo país, no tuvo óbice para defender la soberanía Nacional.
Está demostrado que para ser parte de la historia nacional, sencillamente se requiere tener amor sincero y entregar la vida, si es necesario, más cuando un pueblo está oprimido por no tener plena expresión de libertad… Cualquiera de nosotros puede convertirse en “superhombre”, siempre y cuando estemos decididos a defender lo que justamente nos pertenece, un pueblo aguerrido y unido es un pueblo eternamente admirable...
Juan Santamaría nació un 29 de agosto de 1831 en Alajuela, Costa Rica, y murió el 11 de abril de 1856 en Rivas, Nicaragua, por su legado es respetado y recordado. Insto a todos en general, que conozcamos la historia de nuestros célebres personajes, que en el pasado se preocuparon por nuestro presente, conozcamos el legado de ellos y narrémoselo a los que la desconocen, especialmente a los extranjeros.
Artículo de opinión por Carlos Javier Jarquín.