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Monitoreos revelan que tan solo en dos bosques y fincas vecinas a estos hay presencia de 365 especies de ave, cuatro felinos silvestres y múltiples mamíferos, muchos de ellos endémicos y bajo amenaza.

La Zona Sur del país es cuna de una gran diversidad de animales y refugio vital para la biodiversidad, ya que programas de monitoreo de fauna en el Refugio Privado de Vida Silvestre Montaña El Tigre, Reserva La Puna y fincas cercanas, identificaron allí 365 especies de ave y cuatro de felinos silvestres, lo que es un 40% y 67%, respectivamente, de todas las registradas en el país.

Los felinos presentes son el jaguar - incluido un ejemplar melánico-, el puma, el manigordo y el jaguarundi. Pero además, se reportaron otros mamíferos como venado cola blanco, cherenga, diversos tipos de zorro, monos, saínos, entre otros. Estos hallazgos son considerados de gran relevancia para la conservación, pues confirman el buen estado de los ecosistemas locales y la necesidad de fortalecer corredores biológicos en la zona.

Por su parte, en aves, se encuentran especies en peligro de extinción como la pájaro campana, la cotinga turquesa y el rualdo, además de rapaces poco frecuentes como el águila blanquinegra.

Ambos refugios y las fincas donde se han realizado las investigaciones son pertenecientes a Fresh Del Monte, empresa encargada al cultivo y exportación de fruta fresca, como parte de sus esfuerzos en la protección del medioambiente, al destinar más de 10.700 hectáreas de su operación para la conservación de bosque.

“Encontrar un jaguar melánico o escuchar el canto del pájaro campana en estos bosques no solo es un privilegio, también es un recordatorio de la responsabilidad que tenemos de proteger estos hábitats únicos Estos registros confirman la importancia de estas áreas no solo en términos de conservación, sino también de aviturismo, que gana cada vez más fuerza como motor de desarrollo local de la zona”, señaló Michael Calderón, vocero de Fresh Del Monte.

El programa de conservación de la empresa ha contado con la participación de organizaciones locales, brigadas biológicas y colaboradores de las fincas, quienes además de generar datos científicos impulsan acciones de reforestación, fortalecimiento de corredores biológicos y actividades de educación ambiental.

Esto ha derivado en que más de 1.600 personas de todos los continentes han visitado la zona para participar en procesos de observación de fauna y talleres de sensibilización, y se proyecta que en los próximos años se implementen programas con escuelas cercanas para acercar a los estudiantes a la biodiversidad de su entorno.

“El monitoreo de fauna nos permite comprender mejor la riqueza natural que existe en estas áreas y, al mismo tiempo, nos guía en la toma de decisiones para la conservación. Cada registro representa no solo un dato, sino una oportunidad para inspirar y educar a la comunidad y las nuevas generaciones”, agregó Calderón.

Con la incorporación de nuevas tecnologías como cámaras trampa y herramientas digitales de registro, estos esfuerzos continuarán ampliándose a otras fincas de la compañía en los próximos años, consolidando el papel de Costa Rica como un referente mundial en la protección de su biodiversidad.

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