Artículo de opinión por Magdalena Rojas Figueredo, Gerenta General Banco Popular y de Desarrollo Comunal
El 2018 ciertamente no fue un año sencillo para Costa Rica y el sistema financiero nacional. La incertidumbre – sobre todo en materia fiscal – nunca es buena receta para lograr crecimiento, equidad y desarrollo.
Cuando el presente y el futuro están poco claros y se afecta la confianza ciudadana, cunde la indecisión, se extravía el impulso y lo más complejo es que un camino empinado solo puede conducirnos al retroceso. Bien lo saben países cercanos.
El 2019 pareciera iniciar con aires de mayor optimismo. Con las decisiones adoptadas por los canales democráticos y otras que serán complemento esencial, pudieran surgir opciones para retomar el rumbo. Está en nosotros la responsabilidad de saber aprovecharlas, de construir a partir de ellas.
Lo anterior es fundamental si queremos avanzar hacia una reactivación, mejorar nuestros indicadores y recobrar la confianza de nuestros sectores productivos, sociales y de la población en general; una confianza que nos permita mirar al mañana por encima de cualquier discrepancia que hoy pueda consumir nuestras energías.
En diciembre pasado, como Gerenta General Corporativa, representé al Banco Popular y de Desarrollo Comunal en la ceremonia donde la prestigiosa publicación LatinFinance, designó a la Institución como el Banco del Año para Costa Rica. En la ocasión pude intercambiar ideas con representantes de las entidades financieras y empresariales más importantes e influyentes de toda América y el Mundo.
Al hablar de Costa Rica, en todos ellos fui testigo precisamente de una gran confianza, de un conocimiento de nuestra realidad y de un interés genuino por conocer más detalles del país, su gente, la educación, el marco económico y las oportunidades y ventajas que ofrecemos como territorio.
Esa visión externa – que se complementa con la de organismos y calificadoras internacionales por ejemplo en materia de banca – no es casualidad. Surge del reconocimiento hacia lo que hemos construido como sociedad, todos juntos, en casi 200 años de vida democrática.
Resulta curioso que esto se olvide dentro de nuestras propias fronteras, lo cual debe llamarnos a la reflexión, porque si queremos recuperar el dinamismo de nuestra economía y la senda del crecimiento en beneficio de las familias, en esta hora crucial estamos llamados a dialogar, colaborar y construir.
En ese contexto, desde el Banco Popular y de Desarrollo Comunal que cumple 50 años de historia, reafirmamos nuestro compromiso como entidad financiera sólida y estamos adoptando las decisiones para seguir abriendo oportunidades a quienes más lo necesitan, para ofrecer productos y servicios más accesibles, innovadores, de alta calidad y adecuados a las necesidades de la ciudadanía; para fomentar el ahorro, la inversión y la protección de nuestros habitantes en procura de su bienestar económico-financiero, social y ambiental. Eso es lo que debemos hacer y eso es lo que haremos, porque confiamos en Costa Rica y en las personas trabajadoras que hacen grande a este país.