“Varones y COVID-19: reflexiones a la luz de algunos aprendizajes de género” es el título de la conferencia virtual organizada, el pasado 29 de abril, por el Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional (IEM-UNA).
¿Por qué enfocar el tema del nuevo coronavirus en los hombres? ¿Hay alguna diferencia entre hombres y mujeres en relación con esta enfermedad? Datos sobre los casos del nuevo coronavirus en diferentes países muestran que, efectivamente, se registra un mayor número de contagios y de muertes por covid-19 en hombres.
Costa Rica no es la excepción. Según datos del Ministerio de Salud, al 3 de mayo de 2021, se registraba un total de 256.676 casos acumulados por covid-19, de los cuales 127605 son mujeres y 129071 hombres. En el caso de los fallecimientos, la diferencia se amplía. A esa misma fecha, se contabilizaba un total de 3290 decesos relacionados con esta enfermedad desde el inicio de la pandemia: 1243 mujeres y 2047 hombres.
Algunas hipótesis apuntan a diferencias en el sistema inmunológico de hombres y mujeres. Otras van más allá de lo biológico para enfatizar en razones de tipo sociocultural asociadas a las construcciones de género.
Precisamente, mediante la conferencia Varones y covid-19, el sociólogo Juan Guillermo Figueroa Perea, académico de El Colegio de México y la Universidad Nacional Autónoma de México, analizó los posibles significados de los datos sobre mortalidad por sexo durante la pandemia, a la luz de los aprendizajes de género de sujetos del sexo masculino, con énfasis en la categoría de cuidado.
¿Invulnerables?
Profesor del curso Espacios cotidianos de la masculinidad, Figueroa se pregunta qué tanto el papel de la temeridad que los hombres aprenden de la experiencia de ser hombres, ese papel de creerse invulnerables puede incluso llevarlos a exponerse un poco más a ciertos riesgos.
La temeridad combinada con la omisión de cuidado es parte de las condiciones relacionadas con los procesos de aprendizaje de ser hombre, que podrían contribuir a incrementar en ellos la probabilidad de morirse.
En el caso de la pandemia de la covid-19, no usar mascarilla, continuar saliendo a la calle, hacer reuniones sin guardar el distanciamiento social, e incluso la resistencia a pedir ayuda, son parte de los comportamientos arriesgados que podrían poner a los hombres en riesgo ante el coronavirus. El tabaquismo también se suma a este tipo de conductas de riesgo.
El expositor citó un estudio publicado en Inglaterra donde se muestra que los hombres llegan a la vejez más deteriorados en términos de condiciones de salud. “Eso lo que genera es su mayor probabilidad de contagiarse ante una letalidad como la que presenta el covid-19 por la vulnerabilidad que físicamente han construido”, subrayó.
No por casualidad, en todos los países, la esperanza de vida de los hombres es menor que la de las mujeres.
La violencia -asociada con la construcción de género- también es factor de riesgo para los hombres. En este sentido, Figueroa llamó la atención sobre los porcentajes de muertes de hombres por hechos violentos tanto en México como en Costa Rica. En el caso de nuestro país, en 2015, más del 80% de los muertos por homicidios, suicidios y accidentes de tránsito fueron hombres.
“Desalienarse”
Figueroa considera importante la reflexión sobre estos temas como una forma de incidir en cambios de conducta y en la prevención. “Los hombres necesitan ver los efectos perversos del patriarcado para ellos”, destacó.
Asimismo, se pregunta si no sería conveniente definir algún tipo de acciones afirmativas para acompañarlos a “desalienarse” de la forma en que aprendieron a ser hombres, de manera que ellos se puedan percibir a sí mismos en relación con las otras personas.
Figueroa considera necesario seguir desarrollando investigaciones y acciones sobre cómo los hombres aprendieron los hombres sus identidades de género y qué lugar ocupa dentro de ello la relación con quienes han convivido y cómo se pueden compartir procesos, tanto para contribuir a “desalienarse”, como para vivir más amorosamente, más lúdicamente, pero con ganancias lúdicas para todos y para todas.
La directora del IEM, Doris Fernández manifestó que la exposición del investigador mexicano es retadora y motiva a replantearse la visión de cómo entendemos la organización del patriarcado y sus consecuencias negativas para unos y otros. “Me llevo una serie de inquietudes para ver cómo avanzamos en la deconstrucción de estos roles de género tan asignados hacia hombres y mujeres, que nos tienen alienados o alienadas, como parte de una organización social, económica, política y cultural llamada patriarcado”, concluyó la académica.