- Monos son los más afectados: sufren serias lesiones en sus extremidades, o daños internos que los llevan a la muerte, crías quedan huérfanas en carretera.
Las carreteras y la red de eléctrica a lo largo y ancho del territorio nacional han sido fuente para el desarrollo del país, sin embargo, también representan una amenaza para la vida silvestre. Año a año mueren decenas de ranas, aves, monos, y otros anfibios, reptiles y mamíferos que fracasan en su lucha por buscar alimento o refugio para ellos y sus crías.
En el caso de atropellamientos, la mayor mortalidad, de acuerdo con investigaciones realizadas por Joel Sáenz, director del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis-UNA), se produce en reptiles, aves y mamíferos como los monos y las martillas. Muchas otras especies no mueren en el camino, pero quedan con serias quemaduras o extremidades rotas que les provocan una agonía dolorosa.
Como respuesta a la necesidad de atención que tienen estos animales heridos, surgen los centros de rescate para la fauna silvestre en Costa Rica, los cuales reciben gran cantidad de animales con la finalidad de rescatar, rehabilitar y reinsertarlos en su ambiente natural. No obstante, no todos los casos tienen un desenlace positivo, ya que muchos animales mueren o se les debe aplicar la eutanasia por la gravedad de sus lesiones, o en el mejor de los casos, se mantienen en cautiverio con la finalidad de formar parte de los programas de educación ambiental que se desarrollen en esos sitios.
Estos sitios, también reciben animales por rescates innecesarios, accidentes y decomisos.
Según Marta Venegas, bióloga tropical de Wildlife Rescue Center (Zooave) en el 2020 se recibieron 2768 animales, donde el grupo más afectado son las aves (57%), reptiles (20%), mamíferos (17%), anfibios (4%) e invertebrados (2%).
Para Isabel Hagnauer, médica veterinaria, los casos que representan el mayor desafío son los animales electrocutados debido a que sus lesiones en algunos casos son poco evidentes, “pueden ser leves hasta muy severas como la pérdida de alguna extremidad, catarata, úlceras corneales, daño neurológico que influye en su movilidad o un fallo multiorgánico que lo lleve hasta la muerte. Además, muchos de los mamíferos que ingresan son huérfanos, luego de que su madre muriera por la descarga eléctrica, los más afectados son los monos congo”.
La misma situación se repite en todo el país. El equipo de trabajo de International Animal Rescue, ubicado en Nosara Guanacaste, recibió entre julio de 2020 y marzo 2021 a 258 animales, 68 de ellos fueron monos congo electrocutados, muchos de ellos no lograron llegar a ser atendidos y murieron en el transporte. Asimismo, en Alturas Wildlife Sanctuary en Dominical de Osa, la veterinaria Sandy Quirós reporta en el 2020, 463 animales, 22 por electrocución.
“Estos accidentes se pueden evitar. Se debe tener un mapa para identificar cuáles son los sitios de cableado más transitados, en estos sitios se pueden aplicar medidas de mitigación como cableado subterráneo, marcas especiales o cubrir los cables. En Costa Rica ya existe una guía, pero no siempre se aplica”, dijo Sáenz.
La fauna silvestre, a pesar de ser uno de los mayores atractivos del país, enfrenta grandes desafíos. “La electrocución es un asesino silencioso que muchas veces pasa inadvertido, los animales que sobreviven a la descarga inicial pueden sufrir serias lesiones progresivas que terminan en una muerte dolorosa, por eso las instituciones gubernamentales, así como las organizaciones públicas y privadas, deben unirse para generar conciencia y tomar acciones que mitiguen el problema”, dijo Hagnauer.
Desde su casa, usted también puede ser parte de la solución: si tiene árboles en su propiedad mantenga las ramas lejos del tendido eléctrico; reporte al 1192 las electrocuciones con la dirección exacta, incluso si el animal ha muerto o si ya no se encuentra en el sitio; y si observa sitios donde en reiteradas ocasiones hay animales lastimados por electrocución, solicite a la compañía eléctrica que aísle los cables y transformadores.