Colonizar créditos en dólares puede resultar un mal negocio para los deudores
La OCF muestra cómo el cambio de moneda del préstamo resulta en un incremento de la cuota mensual a pagar.
En Costa Rica, la situación del tipo de cambio pone a pensar a muchos deudores que tienen sus créditos en dólares y sus ingresos en colones, al punto que consideran pasar sus deudas a moneda local. No obstante, la Oficina del Consumidor Financiero (OCF) advierte que la colonización de los créditos podría no ser tan buena idea y, por el contrario, puede resultar contraproducente para sus finanzas.
“Cada vez que el tipo de cambio comienza a subir de forma acelerada, muchas personas que tienen préstamos pagaderos en dólares y reciben su salario en colones, se ven tentados a hacer una conversión de su crédito, pensando que van a experimentar un beneficio y ganarle a la incertidumbre. No obstante, la Oficina ha elaborado un simple ejercicio para mostrar que este cambio con frecuencia significa una falsa expectativa de ahorro y, por el contrario, el deudor termina ocupando más plata para pagar su cuota mensual. En resumen, lo que parecía una buena jugada, resulta ser un mal cálculo”, expresó Danilo Montero, director general de la OCF.
El ejemplo que la OCF propone es el siguiente:
Partimos de que el tipo de cambio se encuentre en ₡690 (seiscientos noventa colones) y que una persona tiene un crédito por US$10.000 (diez mil dólares), le quedan 10 años de plazo (120 meses) a una tasa de 6% anual (0,5% mensual), y la cuota actual que debe pagar es de US$111,02 (ciento once dólares con cero dos centavos) que, al tipo de cambio actual indicado el monto en colones por pagar es de ₡76.604 (setenta y seis mil seiscientos cuatro colones).
Si la persona se pasara de dólares a colones, ocupa un crédito de ₡6.900.000 (seis millones novecientos mil colones) para poder comprar los US$10.000 que debe del crédito. Si suponemos que la deuda en colones también es a 10 años plazo con una tasa de interés fija del 10%, la cuota mensual del crédito será de ₡91.184. (noventa y un mil ciento ochenta y cuatro colones). Esto quiere decir que, de entrada, la cuota mensual de este crédito es de ₡14.580 (catorce mil quinientos ochenta colones) más que lo que estaba pagando con la deuda en dólares.
Este ejercicio se puede modificar para incorporar otros supuestos. Por ejemplo, si el crédito en colones tiene una comisión del 1%, el consumidor tendrá un gasto adicional de ₡69.000. Pero si además el crédito en colones es de tasa variable, conforme la tasa básica pasiva se incremente, también subirá la tasa del préstamo, por lo que la cuota en colones aumenta más.
Para que la conversión de moneda del crédito valga la pena, se ocuparía que el tipo de cambio aumente mucho más como para compensar lo que estaba pagando de menos por la cuota en dólares. De hecho, con los números del ejemplo sencillo que se mostró, el tipo de cambio tendría que subir a ₡821 por US$1, para que la cuota que pagaba antes de $111,02 signifique un pago en colones de ₡91.184. Mientras el tipo de cambio no llegue a ese nivel, la persona está pagando más por el crédito en colones. Como se podrá deducir, si el tipo de cambio se comienza más bien a devolver a niveles por ejemplo de ₡670, la conversión es aún menos beneficiosa para el consumidor, pues el pago que hacía antes de ₡76.604 por su crédito en dólares disminuye a ₡74.370.
Una opción que las personas pueden explorar, pero que tampoco es tan conveniente, es lograr un crédito en colones que le permita mantener una cuota del nuevo crédito igual a la que pagaba cuando era en dólares; en ese caso, el crédito tendría que ser como a 14 años en vez de 10, lo que significa que tendrá que pagar 4 años más de intereses.
Siempre a través de este ejemplo, la OCF llama también la atención de que la tasa del 10% podría ser muy optimista en el contexto actual del mercado. Podría ser que los créditos más bien sean del 12%, por lo que la cuota del nuevo crédito sería de ₡98.994,95, lo que aumenta todavía más la distancia respecto a lo que pagaba cuando el crédito estaba en dólares.
Desde luego existe la posibilidad de que la tasa del crédito en dólares sea variable. Pero en todo caso, el ejercicio sigue siendo el mismo. Hay una distancia inicial entre la tasa en colones versus la de US$ que va en contra del consumidor.
Este ejercicio no significa que a nadie le va a servir pasarse a colones. Por ejemplo, para alguien que tomó un crédito en dólares hace muy poco, puede ser que, ante el aumento repentino del tipo de cambio reciente, le haga sentido. O bien, alguien que tenía un crédito viejo con una tasa en dólares un poco alta, parecida a la que tendría a la nueva en colones.
“En conclusión, la conversión de deudas en dólares a colones no es el milagro que a veces se piensa. El pecado está en el origen, desde el momento en que el consumidor tomó el riesgo de un crédito en una moneda diferente a la de sus ingresos. Las personas deben hacer una revisión muy cuidadosa de su caso particular para determinar si le conviene. En todo caso, cuánto más alta sea la tasa en colones nueva contra la de dólares vieja, más tendrá que subir el tipo de cambio para que valga la pena. La regla general sigue siendo que, si la persona piensa sacar un nuevo préstamo, lo recomendable es hacerlo en la moneda en la que percibe sus ingresos, para evitar los efectos del riesgo de tipo de cambio”, concluyó Montero.