- Intervención deja en evidencia antiguo acceso escalonado al patio central
- Empresas privadas encargadas de restauración asumirán los costos de la rehabilitación del pasadizo descubierto
Los siete módulos de celdas del antiguo presidio de la Isla de San Lucas pasan por un proceso de reforzamiento estructural con el fin de conservar este patrimonio y que cada vez sea más visitado por turistas nacionales e internacionales, siguiendo una nueva etapa de rehabilitación de la isla.
Las obras de reforzamiento estructural incluyen vigas de aluminio y, en las paredes de concreto, la incorporación de un sistema de fibras de carbono que se fijan al suelo con nuevos cimientos; un proceso especialmente delicado con el fin de no dañar los grafitis hechos por las personas privadas de libertad que estuvieron recluidas hasta 1991, cuando el presidio fue clausurado.
Según informó Óscar Salas, arquitecto supervisor por parte del Centro de Patrimonio Cultural, las obras que se implementan consisten en la conservación y restauración de elementos de madera de las cerchas y cielorrasos, de paredes de concreto chorreado que están en mal estado, reposición de las cubiertas o techos de las celdas y restauración de las barandas y puertas de metal. Además, se reconstruye el pasillo ubicado en el exterior de las celdas del penal, según su sistema constructivo original.
La intervención se realiza gracias a un fideicomiso entre INCOP, ICT y el Banco Nacional de Costa Rica y son supervisadas por el Centro de Patrimonio Cultural por contar el complejo de edificios del antiguo presidio con declaratoria patrimonial desde 1995.
Hallazgos. Durante las labores de reforzamiento, en una de las celdas que se encuentran bajo nivel de suelo, se descubrió una puerta clausurada que da paso a una escalera de concreto que comunica directamente con el patio central.
“Se decidió reabrir este acceso para que la visitación sea más fluida y segura para el turismo”, indicó Diego Meléndez, director del Centro de Patrimonio Cultural.
Es en este patio donde está el disco, como se le llama a la parte exterior y visible del foso, hecho originalmente para almacenar agua, pero utilizado como celda de castigo.
El foso es un espacio de dos metros y medio de profundidad completamente cerrado en su interior bajo tierra, cuyo único acceso es el hueco del disco ubicado en el patio, frente a las celdas. Como parte de las obras, también se realiza un reforzamiento y restauración de la estructura interna del foso, con el fin de que no colapse su disco, que funciona a manera de tapa.
El buque en la losa de concreto ubicado en el patio central, donde inician las escaleras recientemente descubiertas, aún se encuentra clausurado, mientras la empresa contratada realiza un análisis para determinar si es necesario algún tipo de reforzamiento. Por su parte, los escalones de concreto lucen en buen estado de conservación, según indicó el arquitecto Salas.
Tanto la empresa Camacho y Mora, que hizo el análisis y diseño estructural, como América Ingeniería, que realiza las obras de reforzamiento, se comprometieron a asumir los costos de la rehabilitación de este pasadizo, pues no están incluidos en el presupuesto.
Además, el arquitecto Salas informó que existe otro boquete clausurado que comunica una de estas celdas bajo nivel, con las de máxima seguridad, el cual también se valora su reapertura para el acceso de los visitantes.