Cuenta la tradición, que cuando el Dr. Castro .Madriz, en el mes de Junio de 1848, dictaba los decretos para la creación de la República, separando a Costa Rica de la Federación, su esposa doña Pacífica Fernández Oreamjuno, que fue una gran admiradora de Francia, pidió a su esposo que el pabellón de la República llevara los mismos colores del francés, y su esposo decretó el azul, blanco y rojo: "Francia los lleva perpendicularmente por estar bajo el meridiano de la civilización. Costa Rica los llevará horizontalmente por ser una Nación que comienza a recibir los primeros rayos de su verdadera independencia y de la civilización del siglo''.
Las propias manos de doña Pacífica, confeccionaron la primera bandera, decretada el 29 de setiembre de 1848 y enarbolada por primera vez en la Plaza Principal, entre músicas y salvas de artillería el 12 de noviembre de aquel mismo año, y después en 1856 y 1857, vio la señora Fernández de Castro, como la generación de aquella época, izarse victoriosa en los campos de batalla de Santa Rosa, Rivas y San Juan, el emblema que desde hace noventa y siete años cobija con amor a los costarricenses.
Si Costa Rica, debe título de honor a la memoria de sus damas, doña Pacífica Fernández de Castro, debe colocarse entre las primeras, y su nombre debe mantenerse con veneración, cariño y respeto, porque es la madre de nuestra bandera nacional.