En el artículo Pensándolo Bien, del escritor Luis Ferrero, relativo a la Incorporación del Partido de Nicoya y no a la “Anexión de Guanacaste”, se resalta el acto decisivo y voluntario de Nicoya de unirse al Estado de Costa Rica y el uso incorrecto del concepto “anexión”.
Según el historiador, el despojo violento de territorios de otro país hacia el suyo, es un acto de anexión, y esta situación no ocurrió con el Partido de Nicoya, el cual tuvo una incorporación acordada a Costa Rica, luego de pertenecer a la intendencia de Nicoya, en la que los pobladores de aquella región sopesaron con sabiduría una serie de factores que lo adhirieron voluntariamente el 25 de julio de 1824, tales como la búsqueda de la paz, razones económicas, la educación y el respeto al derecho humano.
El texto indica que en los documentos relativos al cabildo abierto de Nicoya, tanto los costarricenses como los nicaragüenses y federales, utilizaron las palabras “agregación” e “incorporación”, los que se traducen al término voluntario de unir dos o más cosas para que hagan un todo entre sí.
Textualmente el artículo subraya que “El continuar repitiendo el error doble de “anexión de Guanacaste”, además del problema filológico representa una torpeza ética: es desconocer la decisión de hombres libres. Es rebajarlos en su dignidad y olvidar que forman parte de Costa Rica “por nuestra voluntad”, como lo proclama el escudo de la provincia de Guanacaste. Sostener que fueron anexados es proclamar que fueron obligados, utilizando las armas. Y esto no ocurrió en el cabildo abierto celebrado en Nicoya el 25 de julio de 1824.
¡Al contrario!, aquel día vibró la libérrima voluntad, brilló el libre árbitro, es decir: la voluntad de adoptar una resolución”.
A pesar de las contra posiciones, “De la Patria por nuestra voluntad”, es el lema que representa los 195 años en que Costa Rica se enriqueció con la belleza chorotega.