- Consideran, en su lugar, se debe trabajar en la capacitación y formación de los productores agrícolas.
La Asociación de Apicultores de Jicaral (ASOAPI), la más grande del país con 30 asociados, considera que prohibir agroquímicos no es la solución para la conservación de los polinizadores. Por el contrario, creen que la capacitación y concientización de los agricultores sobre el uso responsable de estos productos es una medida más efectiva para proteger a las abejas y otros polinizadores.
En enero de este año, el diputado Ariel Robles, del Partido Frente Amplio (FA), presentó un proyecto de Ley que busca proteger a las abejas mediante diversas medidas, entre ellas la prohibición del Fipronil, un insecticida utilizado tanto en la protección de cultivos como en la salud animal. La justificación de la bancada para eliminar este producto del mercado se basa en la supuesta relación entre su aplicación y la muerte de abejas.
Sin embargo, el mismo presidente de ASOAPI, Jhosman Salas, aclaró que no están de acuerdo con las prohibiciones de productos fitosanitarios, ya que eso no sería una solución al problema.
“Como organización y productores, estamos convencidos de que la prohibición no es la solución. Abogamos por la formación y capacitación, así como por la creación de una cultura de buena aplicación y cumplimiento de las recomendaciones de uso de los productos fitosanitarios. Esto es fundamental para minimizar el impacto en el ecosistema de los polinizadores y su entorno” explicó, Salas.
Esta asociación ha colaborado estrechamente con los productores de melón y sandía de las zonas cercanas de Jicaral, ambos sectores, han implementado acciones clave para minimizar el impacto de los productos fitosanitarios en las abejas, promoviendo Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y el uso responsable de agroquímicos, para proteger tanto la producción agrícola como la salud de estos importantes polinizadores.
Según Salas, hace algunos años no existía comunicación entre ambos sectores, sin embargo, hoy en día, gracias a los acuerdos y mesas de trabajo que se han establecido en la zona para fortalecer tanto la apicultura como la agricultura, no se reportan muertes masivas de abejas, y los cultivos alcanzan su rendimiento óptimo. Esto se debe, en gran parte, a la polinización, ya que se estima que entre el 60% y el 90% de la producción.
“Hemos aprendido a dialogar y llegar a acuerdos para minimizar el impacto de los productos fitosanitarios en las abejas y el ambiente. En cultivos como el melón y la sandía, los productores aplican los insecticidas únicamente por la noche, antes de que las abejas comiencen a pecorear. Además, se ha optado por el uso de productos de contacto en lugar de aquellos con residuos, para evitar la contaminación de las flores” explicó, Salas.
Las abejas juegan un papel fundamental porque aseguran la polinización cruzada en cultivos, es decir, transfieren el polen de una flor a otra, lo que mejora la fecundación y, por ende, el desarrollo de los frutos. Una buena polinización resulta en una mayor cantidad de frutos, de mayor tamaño y calidad, lo que aumenta tanto el rendimiento como el valor comercial del cultivo.
Pamela Venegas, ingeniera agrónoma y encargada de producción de Melones de la Península, habló de la experiencia que la empresa exportadora ha tenido con ASOAPI y la importancia de las abejas para la producción agrícola.
“Nosotros tenemos una muy buena comunicación con nuestro apicultor en finca que es el señor Jhosman Salas, y gracias a este acercamiento hemos ido mejorando todo el tema de aplicación, cumplimos con horarios, por ejemplo: a partir de la época de floración, empezamos con aplicaciones nocturnas, con la idea de que la visita de abejas en campo sea la mínima, tenemos zonas específicas de descarga que no son rondas para evitar cualquier impacto negativo a las abejas. Nosotros como productores somos los más interesados en tener una colmena sana y activa, nuestra producción, rendimiento y calidad de fruta depende totalmente de estos polinizadores” mencionó, Venegas.
“Nos estamos llevando bien, trabajando de la mano, y eso es algo que debe replicarse en otras regiones. El diálogo y los acuerdos con los agricultores demuestran que se pueden obtener resultados significativos sin perjudicar a ninguno de los sectores", aseguró el presidente de ASOAPI” concluyó, Salas.
Por su parte, Jorge Cartín, director de la Alianza para la Sostenibilidad Agrícola (ASA) advirtió que, si se aprobara este proyecto de Ley sin fundamentos técnicos o científicos, muchos agricultores y productores se quedarían sin alternativas viables, lo que pondría en riesgo la producción agrícola del país y la competitividad del sector en la región.
“No se trata de prohibir indiscriminadamente, sino de trabajar en conjunto para encontrar soluciones que beneficien a ambos sectores, la comunicación y colaboración entre apicultores y agricultores es clave para asegurar el éxito de estas actividades, tan esenciales para la seguridad alimentaria. La experiencia de ASOAPI demuestra que, mediante el diálogo, el uso responsable de agroquímicos y la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), es posible proteger a los polinizadores sin comprometer la productividad de los cultivos” dijo Cartín.
ASOAPI es un referente en la producción apícola de Costa Rica, con un promedio anual de 120,000 kilos de miel generados por socios del distrito de Lepanto y parte de la Península de Nicoya, quienes manejan aproximadamente 7,000 colmenas y polinizan entre 1,200 y 1,800 hectáreas de cultivos de melón y sandía. Esta organización, maquila el 60% de la miel que se comercializa legalmente en el país, de la cual la mitad corresponde a producción nacional. La asociación no solo ofrece miel y polen, sino también insumos y equipos para la apicultura, además, cuenta con un criadero de reinas que se dedica al mejoramiento genético de las abejas, asegurando características deseables para optimizar la producción.