¿Por qué algunos animales brillan y otros se esconden? La ciencia lo revela
La presión de los depredadores, la abundancia de presas y las condiciones del ambiente explican por qué algunas especies optan por colores llamativos y otras por desaparecer entre el entorno.
Periódico Mensaje
Depredación en acción: Tarabilla común (Saxicola rubicola) un ave europea, consumiendo una mariposa de colores vistosos Foto Stanislav Harvancik
¿Por qué algunas especies despliegan colores brillantes para anunciar su toxicidad a los depredadores mientras otras apuestan por el camuflaje? Una red de más de 50 investigadores en seis continentes respondió a esa pregunta mediante uno de los experimentos colaborativos más amplios sobre estrategias antidepredatorias. Costa Rica formó parte de este estudio, que publicó en setiembre la revista Science.
“Durante un congreso de Evolution, varios notaron que había mucha gente estudiando estrategias antidepredatorias en diferentes especies y ambientes, pero todos usaban metodologías un poco distintas. Eso impedía comparar y sacar conclusiones globales”, explicó Carolina Esquivel, académica de la Escuela de Ciencias Biológicas, a quien contactaron posteriormente para liderar la investigación en el país.
Iliana Medina, de la Universidad de Melbourne, Australia, y William Allen, de la Universidad de Swansea, Reino Unido, lideraron un experimento global realizado en seis continentes, replicado en 21 países, en bosques tropicales, zonas templadas y ambientes con distintos grados de intervención humana. Se utilizaron más de 15.000 presas artificiales: pequeñas “mariposas” de papel en tres coloraciones: naranja y negro (aposematismo clásico), café críptico y azul con negro, un patrón poco frecuente en la naturaleza, cada una acompañada por una larva de tenebrio que funcionaba como recompensa para los depredadores.
En Costa Rica, el trabajo se realizó en Hacienda Barú, donde la presión de los depredadores resultó una de las más altas de todo el proyecto. Esquivel lo atribuye a la riqueza biológica tropical: “La comunidad de depredadores aquí es enorme. Por eso fuimos a uno de los sitios con mayor tasa de ataques”.
Los resultados globales muestran que no existe una estrategia universalmente superior. La investigadora lo resume así: “Ser aposemático funciona menos en lugares con mucha competencia entre depredadores. En esos sitios los animales están más dispuestos a probar presas que podrían saber mal o ser tóxicas. Ahí conviene más camuflarse”.
Carolina Esquivel recorrió cerca de 6 km diarios durante una semana para recolectar y enviar los datos a la Universidad de Melbourne en Australia, donde se procesó la mayoría de la información. Foto cortesía de Foto Carolina Esquivel
Sin embargo, la cripsis tampoco garantiza sobrevivir. En ambientes muy iluminados, las presas camufladas destacan más y se vuelven un blanco fácil. Además, cuando abundan especies crípticas, los depredadores mejoran su capacidad para detectarlas. “Los depredadores aprenden rápido; inclusive en ocho días pudimos ver cómo cambiaban los patrones de ataque”, explicó Esquivel. En Hacienda Barú, algunos pájaros insectívoros terminaron siguiendo al equipo de investigación porque ya reconocían la rutina diaria de colocación de modelos.
El estudio se ejecutó a inicios del 2021; es decir, en pandemia. “No podíamos tener asistentes y muchas áreas protegidas estaban cerradas”, contó la académica. Aun así, ella completó ocho días consecutivos de muestreo, con tres recorridos diarios en un transecto de dos kilómetros dentro del bosque.
Para Esquivel, además, el desafío profesional coincidió con uno personal. “Tenía un bebé de un año. Fueron trece días continuos en campo. Yo estaba en lactancia y tenía que extraer leche cinco o seis veces al día, incluso en el bosque. Mis papás hicieron viajes solo para recoger la leche, y mi esposo se convirtió en mi apoyo en campo porque no había estudiantes disponibles. Es parte de los retos que como mujeres científicas tenemos que enfrentar”.
Este estudio confirma que la evolución del color defensivo depende del contexto ecológico. El tipo de depredadores, la cantidad de presas, la intensidad de luz y la competencia por alimento determinan cuándo conviene advertir y cuándo conviene esconderse.
“Algunas preguntas en ecología implican una gama tan amplia de variables que solo la colaboración global y la replicación pueden acercarnos a comprender cómo funciona la naturaleza. Fue un placer trabajar con un grupo tan diverso de colegas que hicieron posible esta investigación”, detalló Medina.
El estudio utilizó más de 15 mil mariposas de papel de distintos colores con una larva de tenebrio para atraer a los depredadores. Foto Carolina Esquivel