- 53 casos de cáncer infantil fueron detectados en el año 2021 en la provincia.
Erika Fernández Cordero
Silleny Sanabria Soto
Periodistas Periódico Mensaje
El cáncer es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en todo el mundo, superada sólo por los accidentes. Según datos del Ministerio de Salud, en Costa Rica esta patología ocupa el tercer lugar en causas de muerte en niños de entre 0 y 9 años; para el 2018, un 2.7% de esta población murió a causa de cáncer.
En el caso de la provincia de Guanacaste, 53 niños fueron diagnosticados por esta enfermedad en el año 2021. Lesiones de sitios contiguos a la piel, es el de mayor incidencia en la provincia, seguido de la leucemia linfoblástica aguda.
Liberia es el cantón que mayor número de cáncer infantil se detectó en el año 2021, con una cifra de 10 casos, le sigue de Nicoya, Carrillo con 8 casos cada uno; cañas con 7, Hojancha y Bagaces con 6. Mientras que Tilarán solo presentó un diagnóstico; Santa Cruz, Abangares fueron 2 casos por cantón y La Cruz.
Si comparamos el número de casos diagnosticados del año 2018-2021, Nicoya es el cantón que suma a más niños con incidencia en cáncer infantil, seguido de Liberia. El año 2019 fue el más invasivo llegando a la cifra de 76.
Afortunadamente, en los últimos años se han registrado avances muy importantes en el tratamiento del cáncer infantil. Un ejemplo es la leucemia aguda, una enfermedad que hasta hace 30 años era considerada inevitablemente fatal. En la actualidad, siendo el tipo de cáncer más frecuente en la infancia, tiene una sobrevida a 5 años superior al 70%, lo que implica que la mayoría de los pacientes pueden curarse definitivamente.
También se han logrado progresos similares en el tratamiento de los tumores sólidos, desde que se utilizan de forma combinada métodos de radioterapia, cirugía y quimioterapia, que han incrementado de forma significativa la supervivencia a largo plazo en los tumores infantiles.
En resumen, aunque el cáncer pediátrico no es prevenible, el objetivo de lograr una detección temprana puede ser lograda por profesionales de la salud que hacen una historia clínica meticulosa, un buen examen médico y que escuchan a los padres.
¿Cómo detectarlo?
Aunque muchos de los síntomas son comunes a otros padecimientos, y en su mayoría se detecta de forma avanzada, es posible prestar mucha atención si un niño o niña presentan los siguientes signos de alerta:
- Sudoración nocturna o excesiva.
- Pérdida de peso.
- Dolor de huesos y articulaciones.
- Palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente.
- Calentura persistente o recurrente, es decir, que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.