- La buena alimentación es un estilo de vida, es importante que no dependa de un mes
- La evaluación con un especialista y la conciencia a la hora de comer son clave para lograrlo
En el mes de Diciembre la tendencia es a cambiar nuestras rutinas, alejarnos del estilo de vida saludable y comer a deshora, ya que la época navideña viene repleta de compromisos sociales, familiares, gran variedad de opciones gastronómicas de temporada, entre otros cambios del día a día.
Ante este panorama, los expertos señalan que sí es posible llevar una buena alimentación aún en la época decembrina, ya que basta con hacer conciencia de los buenos hábitos y de los cambios que puede sufrir el organismo si se cae en los excesos que conllevan muchas veces las festividades. Si los postres y las bebidas alcohólicas son su punto débil, existen alternativas que permiten disfrutar sin sentir culpa. Para ello, según explica la Dra Andrea Calvo, nutricionista de Salud 360, existen varias opciones y todo dependerá de los objetivos de cada uno, pues si la persona desea comer queque navideño o tomar rompope, por ejemplo, los puede disfrutar con moderación.
Calvo explica sobre sus recomendaciones que “otra opción es preparar una versión casera más saludable con algunas modificaciones que no necesariamente alterarían su sabor. Además, se puede tratar de mantener otros alimentos como vegetales, bebidas bajas en calorías o elegir comida para picar, horneada, no frita” indicó.
Uno de los grandes retos de la época decembrina es pensar en bajar esos kilos demás en enero, ya que diciembre se perfila como un mes imposible para cumplir con dietas, planes de ejercicios y todo aquello que vaya en beneficio de la salud; esto es un mito, no importa en cuál mes se inicie, pues una buena nutrición requiere de un proceso en el que la parte compleja es establecer metas ambiciosas con el único propósito de bajar de peso a toda costa. Lo ideal es que la persona acuda con un especialista, y que éste, tras una evaluación, diseñe un plan nutricional que permita establecer un seguimiento del proceso, en base a una alimentación balanceada y acorde a las necesidades de la persona; sin importar en qué fecha se inicie, el cuerpo siempre agradecerá la iniciativa de cuidarse y alimentarse mejor.
No se trata de eliminar por completo la ingesta de ciertos alimentos y bebidas, sino de entender que el exceso nunca es bueno; la nutricionista Calvo considera que, en términos generales, no hay alimentos prohibidos a menos que se viva con alguna condición como una alergia alimentaria, por ejemplo. “Así como no existe ningún alimento capaz de dar salud, tampoco existe ningún alimento capaz de quitar salud” recalcó.
La comida es un tema que va más allá de su incidencia en el peso, es decir, existen muchas enfermedades que se derivan de una alimentación poco saludable; por ejemplo, la gastritis, acidez y el reflujo gastroesofágico, suelen incrementarse en estas fechas debido al aumento en la ingesta de alimentos con más grasa, sal o azúcar, así como de licor, lo que se traduce en una alimentación desordenada que, aunado a la poca actividad física, a largo plazo puede incidir en el desarrollo de patologías como hipertensión, colesterol y triglicéridos altos, además de diabetes.
Según explica la especialista, lo importante es priorizar el consumo de proteína como carne, pollo, pescado o queso, el consumo de vegetales como ensaladas, vegetales al vapor o las salsas naturales de tomate y el de grasas de origen vegetal como aguacate, aceite de oliva, aceitunas o semillas que son alimentos que nos van a permitir mantenernos saciados, nos nutren y previenen la sensación de pesadez y malestar, dijo Calvo.
El consumo de alcohol, la disposición de todo tipo de alimento con alto contenido de grasas y azúcares y las carreras propias de la época, afectan el ritmo de vida y por ende el proceso alimenticio, permitiendo que las personas sean vulnerables al cambio de estilo de vida y los excesos; es necesario medir las cantidades, masticar lo suficiente y no picar entre comidas, recordando que se es lo que se come, para estar en consciencia con lo que estamos nutriendo nuestro cuerpo.