La pérdida de audición es una enfermedad que usualmente se desarrolla de manera progresiva. Cuando el nivel auditivo en ambos oídos es menor a 25 decibeles, se dice que una persona tiene un desgaste, el cual puede llegar a ser leve, moderado o grave según su detección.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que este es un problema global que abarca a más de 400 millones de personas y se calcula que para el año 2050, la cifra aumente a más de 900 millones.
Las dificultades sensoriales pueden presentarse en cualquier etapa de la vida y por varios motivos. En Costa Rica, este problema se desencadena en un 30% de la población adulta mayor, debido a causas naturales del envejecimiento del oído.
“A partir de los 65 años, los trastornos auditivos son más comunes. El oído va perdiendo su capacidad, y se va dando una pérdida auditiva por la edad. A la persona le cuesta escuchar y generalmente hay que repetirle las cosas varias veces”, comentó la Dra. Daniela Porras, audióloga de la Clínica Asembis en Liberia, quien agregó que entre las causas más comunes de esta deficiencia están:
• Las congénitas: Determinan la pérdida de la audición desde el nacimiento.
• La exposición a ruidos extremos.
• Escuchar música con audífonos de forma continua, a más del 80% de su capacidad.
• Infecciones recurrentes en niños y adultos, lo que produce que el tímpano se reviente.
• Los medicamentos ototóxicos: algunos tratamientos para enfermedades como la diabetes, la presión arterial o para el cáncer, por ejemplo, pueden causar sordera del oído interno.
¿Es posible la detección temprana?
Estudios del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), indican que al 2018, alrededor de 30.000 personas en el país tienen problemas de sordera, parcial o total, principalmente en las provincias de Puntarenas, San José y Alajuela.
En el caso de Guanacaste 10 de cada 30 personas, tiene pérdida auditiva. “A pesar de que quienes más consultan por este problema son personas de 55 años para arriba, están aumentando los casos en jóvenes entre los 20 y 30 años, quienes están padeciendo de infecciones severas y afecciones en el oído medio. En mi caso se está solicitando por mes a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), alrededor de 10 audífonos o más por mes, lo que representa una alta cantidad de pedidos comparado a años anteriores”, agregó la audióloga.
Entre las principales señales que describen esta discapacidad están: el vértigo, las náuseas, el síndrome acúfeno, es decir un pito constante que va a escuchar el paciente en el oído y no mejora con el tiempo, la incapacidad para percibir sonidos, y hasta déficit de atención, entre otros.
El recurso más factible de mejora ante estos síntomas es la utilización de prótesis auditivas o audífonos y de implantes cocleares según sea el nivel de sordera. Estos son subsidiados por la CCSS mediante la prescripción de un especialista.
Autoridades como la OMS atribuyen que más de 1 000 millones de personas, entre los 12 y 35 años son propensos a tener pérdida de audición, sin embargo, es posible la detección temprana de la discapacidad auditiva, mediante valoraciones médicas anuales.
Para el caso de niños menores de un año, es necesario que tengan al día el tamizaje auditivo (actualmente el Hospital de Liberia está realizando el examen); los menores de 4 años deben realizarse la evaluación de emisión otoacústica, y se recomienda para el resto de los pacientes audiometrías periódicas, aunque no cuenten con ningún síntoma. “Es necesario que la población sepa que ante alguna molestia deben acudir a un médico especializado, y no introducir objetos extraños en los oídos, no utilizar remedios caseros ni automedicarse porque podría haber consecuencias irreparables”, argumentó la Dra. Porras.