- Objetivo de reuniones es reforzar permanencia de jóvenes en espacios sanos que les ayude a romper patrones sociales.
- Especialistas en psicología y guía espiritual del Programa de Acción Social visitan mensualmente la zona para apoyar el progreso del grupo.
La juventud es una etapa que por naturaleza trae muchos cambios y nuevas experiencias que pueden influir en la vida de los adolescentes y llevarlos a tomar decisiones que no favorezcan con su desarrollo emocional, físico y profesional.
Conscientes de esta realidad y de que esta fase es crucial para el desarrollo integral de los jóvenes, en especial, para ser reconocidos como personas de bien, es que un equipo interdisciplinario del Programa de Acción Social de Hospital Clínica Bíblica, ha ejecutado por más de ocho meses, en la Comunidad Naranjal del cantón de Sarapiquí el programa “Ejes de vida”, el cual capacita a la juventud en todo lo que son habilidades para la vida.
“En los momentos de la adolescencia la familia empieza a quedar en segundo plano, los padres empiezan a tener menor influencia sobre ellos y prevalecen nuevos líderes, y es en esta etapa donde los riesgos se pueden materializar y convertirse en problemas, de ahí la importancia de intervenir a tiempo y dotarlos de herramientas adecuadas”, explicó Christian Delvo, psicólogo del Programa de Acción Social.
Este proyecto, impartido por profesionales en materia de psicología y acompañamiento espiritual, consiste en varias reuniones grupales en las que los jóvenes participantes aprenden junto a los instructores, habilidades que les ayuden a enfrentarse a las exigencias y desafíos que les presente la vida diaria.
El programa está basado en las habilidades para la vida o competencias psicosociales que propone la Organización Mundial de Salud, pero también tiene el sello especial que caracteriza las labores del Programa de Acción Social, desde su enfoque de abordaje integral.
Para dar un apoyo más personalizado e integral a los jóvenes, el equipo de profesionales realiza previamente un diagnóstico para identificar conductas de riesgo específicas de la zona, y así, trabajar sobre ellas. Además, brinda un acompañamiento espiritual que les ayude a los adolescentes a comprender que, basar su vida y decisiones en la fe y la devoción, también da buenos frutos.
“El Programa de Acción Social se mueve por el principio del amor al prójimo, y cada una de nuestras intervenciones están basadas en compartir las bendiciones con quienes más lo necesitan, y es por esto que, respetuosos de los momentos que viven los jóvenes, buscamos la oportunidad de sembrar en ellos el conocimiento emocional y espiritual promoviendo la importancia de establecer una relación personal con Dios”, destacó Douglas Fernández, especialista en consejería de la Unidad de Cuidado Espiritual del Hospital Clínica Bíblica.
Puntos clave para el desarrollo de la vida. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las habilidades que diferencian a los individuos se adquieren en el trayecto de la vida a través de la experiencia directa, por medio de un entrenamiento intencional o la imitación, y es ahí donde radica la importancia de compartir en la etapa de la juventud aquellas habilidades que pueden ayudarles a forjar una mejor personalidad.
Independientemente de su entorno, es importante que los adolescentes obtengan capacidades que les permitan mantener una actitud positiva, realista y perseverante, y a comunicarse de forma asertiva para pedir y brindar ayuda cuando sientan la necesidad.
Además, estas habilidades los impulsan a construir caminos para un proyecto de vida, elevar el crecimiento personal, y trabajar por cumplir objetivos pensando que siempre hay oportunidad de seguir adelante.