- Los plaguicidas que se utilizan en Costa Rica son en su mayoría de alta peligrosidad, ya sea para la salud humana como para el ambiente, de acuerdo con los criterios establecidos por la FAO y la OMS
En Costa Rica, se mantienen en el mercado 1884 plaguicidas con más de 10 años de haber sido registrados y hasta con 37 años con los plazos de registro vencidos o que nunca han tenido establecida una fecha de vencimiento. Esto es un incumplimiento normativo, según queda demostrado, pero también es un factor que podría afectar a los agricultores mismos, ya que oficialmente no se verifica que se mantenga la eficacia de los plaguicidas vendidos. Por lo tanto, se requiere de una reevaluación de los plaguicidas, que están en el mercado, que considere sus características de peligrosidad conocidas actualmente, así como las condiciones en las cuales se están utilizando en los campos, para valorar la exposición para trabajadores, consumidores y para el ambiente. No se debería realizar una reválida (renovación de registros) “automática” de los plaguicidas vencidos y antiguos, sin una nueva evaluación de su peligrosidad y riesgo, con base en la nueva información existente sobre esos plaguicidas.
Asimismo, el país precisa del registro de nuevas moléculas de plaguicidas para uso agrícola, pero sin dejar de hacer las evaluaciones de riesgo sanitario y ambiental, con base en los procedimientos internacionalmente conocidos. Para ello, se amerita que las empresas propietarias de los plaguicidas presenten sus solicitudes de registro, acompañadas de la documentación técnica que sirva para realizar las evaluaciones señaladas, de acuerdo con la reglamentación existente.
En algunas zonas del país con una agricultura muy intensa en el uso de plaguicidas, se han detectado acueductos rurales contaminados con residuos de plaguicidas, así como la contaminación de cuerpos de agua superficiales. Esto ha obligado al cierre de fuentes de agua, a la construcción de acueductos y a la elaboración de estudios técnicos sumamente caros. Todo esto por cuenta del Estado y con los inconvenientes que representa para los pobladores de las zonas afectadas. Se amerita que se realicen mapas de vulnerabilidad hidrogeológica en las zonas agrícolas con cultivos intensos en el uso de plaguicidas para tomar medidas para prevenir la contaminación de los acueductos y los cuerpos de agua superficiales. Además, se requiere de la revisión de las características fisicoquímicas y toxicológicas de los plaguicidas utilizados en zonas con alta vulnerabilidad del recurso hídrico y tomar medidas para evitar que los mismos contaminen los cuerpos de agua. No existe normativa que regule los residuos de plaguicidas utilizados actualmente en la agricultura. La normativa existente se refiere a plaguicidas organoclorados y organofosforados, en términos generales, los cuales en su mayoría ya están fuera del mercado.