El volante tiene 19 años, es oriundo de Arado de Santa Cruz y en la actualidad es uno de los titulares en el mediocampo pampero
Hugo Moraga Zúñiga Periódico Mensaje
Sus primeros pasos en el fútbol los dio en la plaza de su comunidad, en Arado de Santa Cruz, a partir de ese momento se empezó a enamorar del deporte del balompié y su familia optó por inscribirlo en la Asociación Profutbol Santa Cruz ( APROFUT), y bajo el mando de Noel Cubillo, Eduardo Avilés y en última instancia Randy López, aprendió los primeros fundamentos de esta disciplina.
El volante también fue fugazmente parte del proceso de fútbol masculino del CCDR de Santa Cruz y después estuvo varios meses practicando la disciplina del Futbol Sala, bajo el mando del técnico Hugo Torres.
Muñoz, cursando el undécimo del Liceo Santa Cruz, recibió el bautizó en la primera división, contra el Herediano, a los 16 años desde ahí pues luchó para de nuevo tener la posibilidad de ser estelar en el primer equipo.
“Le doy gracias a Dios por esta oportunidad dando los primeros pasos en primera división, me ha tocado vivir un proceso en este equipo desde la Sub 15, pasando por Sub 17 y el Alto Rendimiento. Estar de titular es lo máximo para uno, ya que da satisfacción ayudar a esta oncena de la provincia”.
“La confianza que me dio el profesor es importante, me inculca que todos somos iguales, es por ello que le digo a todos los jugadores que luchen por esta oportunidad, no es fácil, pero con esfuerzo, disciplina y trabajo en algún momento llegará y tienen que aprovechar para consolidarse”, dijo Muñoz en una entrevista en Desde la Banca.
Según las estadísticas que maneja el club, el volante ya acumula 13 partidos en la máxima categoría, y ya en los últimos seis de forma consecutiva siendo titular y teniendo un gran desempeño en este Torneo de Clausura 2024, en la Liga Proamerica.
Para Gustavo Muñoz Casares, padre del jugador indicó que se siente muy orgulloso de los logros que ha tenido el muchacho, ya que hubo momentos donde hubo desanimo, sin embargo, el apoyo de su madre Victoria Casares (abuela del deportista) fue importante para no claudicar.
El padre confesó que después de terminar la secundaria se trasladó a vivir a Nicoya, donde comparte con la abuela que es bien aficionada a Guanacasteca y ahora que está de titular no se pierde un minuto de cada partido