- Entrevista con motivo del 197 conmemoración de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica al lingüista, investigador y académico Miguel A. Quesada Pacheco
De tez blanca y abierta sonrisa, aparece Nuria Cuadra Clachar en la puerta de su casa, en la histórica calle Real de Liberia. Ella desciende de padre granadino nicaragüense, exilado durante la dictadura somocista.
Clemente Cuadra Argüello llegó al país buscando mejores condiciones de vida y aquí estudió, se casó y asentó en Guanacaste, donde crecieron sus hijos e hijas, entre estas la menor, la “cumiche”; Nuria.
Simplemente con su saludo inicial, es inevitable para una vallecentraleña sentir los “dejos” (expresiones) y acentos diferentes de ese español guanacasteco, que para nada impide comunicarse, pero que, sí, tiene sus notorias diferencias.
El lenguaje, las formas de hablar propias de una región o lugar, son parte de la identidad de los pueblos, de su patrimonio cultural inmaterial. Es por esto que, en el marco del 197 aniversario de la Anexión del Partido de Nicoya, el Centro de Patrimonio Cultural quiso acercarse al tema de la mano de un experto: Miguel Ángel Quesada Pacheco, lingüista, investigador, miembro de la Academia Costarricense de la Lengua, de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica, Premio Nacional de Cultura Magón 2014 y docente universitario en Noruega.
En adelante la entrevista.
¿Cuánto valoramos los costarricenses nuestra forma de hablar como parte fundamental de la identidad nacional, pero también de las identidades regionales?
Lamentablemente el costarricense ha tenido desde muchas décadas atrás una muy baja autoestima lingüística. No obstante, los últimos estudios, como el de Calvo Shadid (2014), apuntan a una revalorización de nuestra forma de hablar. Esto no significa que del todo se hayan borrado nuestros prejuicios: Da la impresión de que cuanto más nos acercamos a la urbe, tanto más nos consideramos hablar bien; los demás, que viven fuera de mi entorno urbano, hablan mal. Aún hay mucha gente que se burla del habla rural o del habla que diverge de la josefina o vallecentraleña urbana. Esta es, a grandes rasgos, mi impresión de lo que sucede en nuestro país.
¿Cuáles son las principales características del habla del guanacasteco?
Creo que, como están las cosas ahora, habrá que distinguir entre el guanacasteco urbano y el rural; el urbano, especialmente joven, se está asimilando fuertemente al habla vallecentraleña; en zonas más alejadas, y particularmente entre personas de una cierta edad, se conservan rasgos como la aspiración de /s/ (lah casah por las casas, etc.), el debilitamiento de y (amarío por amarillo y su correspondiente ultracorrección: sandiya por sandía, etc.), el corte global ante una vocal (lo? indioh por los indios, la? once por las once, etc.), la ausencia de la /r/ arrastrada, típica del interior del país, preferencia del uso de vos por usted (conocido como ustedeo) en situaciones de familiaridad, además de una serie de palabras que no se utilizan en las demás partes del país (cartago por habitante del Valle Central, dilatar por tardar, arroz de maíz, níspero para denotar un tipo de zapote, tanela, perrerreque, pebre, y muchísimas más.
¿Hablan todos los guanacastecos de la misma forma? ¿Cuáles especificidades hay?
Además de las diferencias sociolingüísticas antes enumeradas (diferencias entre jóvenes y adultos, diferencias entre urbe y campo), yo diría que hay tres zonas dialectales en Guanacaste: a) la Península de Nicoya, con rasgos lingüísticos que la acercan a Puntarenas y Esparza; b) la zona entre Liberia y La Cruz, con rasgos que la acercan al sur de Nicaragua, y c) la zona de Upala, que la acercan a la zona norte. Esta división planteada se deberá mirar con cuidado, porque hacen falta estudios sistemáticos que la apoyen.
¿Qué tan diferentes son estas formas del lenguaje guanacasteco a las del resto del país? ¿Por qué no se habla igual en Guanacaste que en el Pacífico Sur, por ejemplo?
La historia es la responsable de estas divergencias. La provincia de Guanacaste -concretamente la Península de Nicoya- fue conquistada antes del Valle Central (en por lo menos cuarenta años de distancia), mientras que el Pacífico Sur es zona de poblamiento reciente, con personas oriundas tanto Del Valle Central como de Panamá.
¿Cuáles factores históricos conformaron las formas del lenguaje en Guanacaste?
En primer lugar, la Península de Nicoya y Esparza tuvieron lazos comerciales muy fuertes con Panamá; pero con la crisis económica de mediados del siglo XVII, más la caída de la feria de Portobelo (1737), el comercio costarricense se orientó hacia el norte del Istmo. De ahí la conexión de Liberia con Granada y zonas aledañas.
¿Qué subsiste de la época colonial en el habla del guanacasteco?
Precisamente lo que la aleja del Valle Central y la acerca a otras regiones como Puntarenas o el sur de Nicaragua. Hay dos o tres palabras de origen chorotega que solo en la Península de Nicoya se emplean: nacume ‘mayordomo de una cofradía’, nimbuera ‘vasija de barro para transportar agua’ y nambiro ‘calabazo’.
¿Cuáles son los principales componentes o influencias culturales en el lenguaje o variante guanacasteca? ¿Cuál es la más importante?
No creo que haya una influencia más importante que otra. Pero están: a) el influjo chorotega, particularmente en la Península de Nicoya, como acabamos de ver; b) el influjo panameño, también en la Península de Nicoya, por ejemplo, chicheme y chocao son palabras provenientes de la Panamá colonial; c) el influjo nicaragüense, especialmente en la región norte de la provincia; y d) el moderno influjo vallecentraleño, con modas lingüísticas que la acercan a esta región del país y la alejan de los rasgos tradicionales.
Usted logró encontrar cerca de mil palabras propias de Guanacaste, pero entre estas solo encontró tres de sus pobladores originarios; los chorotegas. ¿A qué se debe esta pobre herencia, porque, incluso, hay más afronegrismos?
A las mismas razones por las cuales se extinguió la cultura huetar del centro del país: disminución de la población autóctona, desplazamiento de la lengua vernácula por la importada, muy baja autoestima lingüística, y probablemente, porque muchos de los rasgos culturales americanos ya estaban suplantados por palabras de otras lenguas, como el náhuatl.
¿Qué tanto considera influye la xenofobia hacia el nicaragüense en la pérdida de esas formas particulares de expresión del guanacasteco?
Pueda que influya en buena medida, con el fin de no ser asimilado a un grupo discriminado; pero yo diría que antes de esta actitud, está el influjo del Valle Central, el cual debió intensificarse con la construcción de carreteras entre esta provincia y el resto del país. Pienso que, si el guanacasteco está dejando sus hábitos lingüísticos tradicionales, es más que todo por lo último, y no tanto por lo primero.
¿Hacia dónde evoluciona el leguaje guanacasteco? ¿Corre el riesgo de perderse por completo al homogenizarse cada vez más con el del Valle Central?
Cada vez más, siento yo, el español guanacasteco se asimila al del centro del país. Yo, cuando hablo con gente joven de dicha provincia, prácticamente no oigo ninguna diferencia entre ella y la gente de la Meseta Central. Tendría que haber un grado muy alto de autoestima lingüística de parte de los hablantes guanacastecos, para mantener sus rasgos tradicionales.
¿Qué grado de nivelación dialectal habrá alcanzado Guanacaste y el Valle Central?
Como lo dije en mi libro sobre el español del Guanacaste, no se puede hablar de nivelación dialectal cuando una modalidad lingüística se impone sobre otra. Además, habrá que hacer estudios sociolingüísticos cuantitativos para poder medir, hasta cierto punto, dicha imposición.
¿Hubo alguna influencia de las formas guanacastecas que permearon el habla del Valle Central?
Hay algo que quizás mucha gente no sepa: durante la época colonial y hasta la Independencia, las zonas de prestigio lingüístico fueron la Península de Nicoya y Esparza, lo cual significa que eran los de la costa quienes imponían las modas en el habla de los cartagos. Por eso es que en el Valle Central no distinguimos los fonemas escritos con <ll> y <y> y pronunciamos igual «se cayó» como «se calló», que bien se distinguieron en Cartago hasta pasada la segunda mitad del siglo XVII; por eso tenemos una /n/ final gutural, y no dental (pan, canción, etc.). Los puertos eran los portadores del cambio lingüístico, y las regiones interiores copiaban en buena medida estas modas.
Sobre la sobrevivencia de la identidad lingüística del guanacasteco, ¿cuál mensaje les daría?
Que sean ellos libres de elegir el rumbo por el cual quieren que se oriente su forma de hablar. Pero claro, esto es una utopía, porque al final de cuentas, los mecanismos de poder político y económico más fuertes son los que ponen las modas; así como el Guanacaste impuso muchos rasgos de su habla en el Valle Central, así está sucediendo hoy, pero al revés.