- Actividades del mes de noviembre y diciembre se transmitirán a través de documentales.
- Este sábado 14 de noviembre se retratará la Pica e leña y en diciembre el 9 La Atolada, el 10 la Ramada, el 11 Las Vísperas y el 12 de el Gran Celebro.
Carlos Arauz Ramos
Escritor
Las Festividades de Nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe que se realizan en Nicoya, Guanacaste, constituyen una de las celebraciones religiosas más antiguas de Costa Rica. Estas grandiosas festividades son llevadas a cabo por la Cofradía de Nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe, en consonancia con la Iglesia Católica, desde que la devoción guadalupana llego a Nicoya, después de la conquista española.
En las Festividades de Nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe, llamadas el Gran Celebro, nominación de una gran hechura espiritual, convergen armoniosamente en un verdadero sincretismo religioso, las creencias españolas y las creencias indígenas, manifestaciones y costumbres expresadas en todas sus actividades, en su organización y en la estructura de la Cofradía de la Señorita Virgen de Guadalupe.
Estas floridas festividades tienen sus orígenes en la devoción religiosa inculcada hacia el año 1544 en la región nicoyana, a raíz del portentoso acontecimiento milagroso de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac mexicano, en el año 1531. Una devoción mesoamericana que luego se proyectaría fielmente y fuertemente en el pueblo nicoyano. El ajetreo de los cófrades y el hormigueo que cunde en la casa de la Virgen, notable fervor de encanto y colorido, presente en todas las celebraciones de las festividades, simbolizan y evocan la añoranza ancestral de una intensa tradición chorotega, que tiene sus raíces en la antiquísima Fiesta del Sol, prolongada fiesta indígena caracterizada principalmente por sacrificios humanos, en honor a los dioses chorotegas, el sol, el agua, la luna y el viento.
Esta celebración indígena fue sustituida por la devoción hacia Nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe, pero conservando el portentoso fervor religioso chorotega, misticismo que se refleja notablemente en la fervorosa y pintoresca participación de la gran comunidad nicoyana, en todas las festividades guadalupanas. La devoción de los promesanos y el entusiasmo del pueblo, hacen de este gran detalle religioso cultural, resabio de las migraciones indígenas que poblaron Guanacaste, un acontecimiento indiscutible de inapreciable valor, que se mantiene invariable antes las embestidas del modernismo y del mundo actual.
Las Festividades de la Virgen de Guadalupe en Nicoya, mantenidas y custodiadas con cariño de siglos por la Cofradía de Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe, serán siempre uno de los principales símbolos de nuestros orígenes y del respeto y la admiración que nuestros espíritus deberán profesar eternamente por las cosas trascendentales y nobles de la vida.
La Contadera de Días
Las Festividades de Nuestra Señorita Virgen de Guadalupe, involucran una serie de pintorescas actividades llenas de encanto y colorido, siendo la primera ellas la ceremonia conocida como La Contadera de Días.
El Gran Celebro inicia sus actividades el primero de noviembre de cada año con La Contadera de Días, ceremonia mañanera que lleva a cabo el Nacume, en presencia de todos los cófrades reunidos en la Casa de La Virgen. El Nacume, utilizando granos de maíz blanco, morado y amarillo, determina las fechas siguientes de las actividades de la celebración, como son La Pica de Leña, la Atolada, La Ramada, La Alborada, El Alba, Las Vísperas, y el día del Gran Celebro propiamente dicho.
En esta actividad, además se designan los miembros faltantes que, por alguna razón, no fueron nombrados el año anterior en la ceremonia del 12 de diciembre, actividad conocida como La Elección. Como la contadera de días, es una actividad cercana a las cosechas fin de año, con el envío de un granito de maíz, los mayordomos recuerdan a los cófrades y a los mantenedores, sus compromisos y promesas con la patroncita nicoyana.
El maíz, el alimento básico de las indiadas americanas resalta sus devenires en las comidas y las bebidas del Gran Celebro. El atol, los pozoles, el chicheme, la chicha, los tistes, la pitarría, las tortillas, las rosquillas y los tamales, resabios ancestrales del regalo de los dioses, del maicito teocinte, el venerable maicito que viejas leyendas recuerdan como la espiga sagrada que vino del cielo.
En la contadera de días, los asistentes comparten comidas y bebidas, propias de la celebración, como son el chicheme hecho de maíz, pujagua, la chicha hecha de maíz amarillo, la tiste a base cacao y arroz, rosquillas y tanelas hechas de maíz, carnes diferentes, así como pozoles hechos carne y maíz reventado. Toda la ceremonia está plena de música de marimba y una atronadora reventadera de pólvora.
La Pica de Leña
Las Festividades de la Virgen de Guadalupe, involucran una serie de pintorescas actividades siendo una de las más coloridas, la actividad llamada la Pica de Leña. Esta importante actividad se realiza todos los años aproximadamente a mediados del mes de noviembre, fecha que se determina y confirma en la Contadera de Días. Por tradición indígena, esta fecha no debe pasar más allá del 14 de noviembre, ya que la leña debe estar bien seca para las festividades en el mes de diciembre. En ese mismo sentido la Pica de Leña, solo debe realizarse en un sitio al sur de Nicoya, en las cercanías del Cerro Las Cruces, el cerro místico, el amoroso vigía del pueblo nicoyano, el cerro pleno de leyendas, historias y creencias de las indiadas chorotegas.
La Pica de Leña es una actividad organizada en su totalidad por los Mayordomos o la persona que ellos designen, quien coordinara la actividad en su totalidad. Esta actividad se lleva a cabo para alistar toda la leña que se utilizará durante las fiestas de La Virgen de Guadalupe en el mes de diciembre.
El movimiento comienza desde la víspera, cuando el Mayordomo lleva las ollas, nimbueras, guacales, nambiros y jícaras a la Cofradía. Estos enseres servirán para llevar al día siguiente el bastimento y los bebestibles al sitio escogido para picar la leña. Ese otro día, la actividad comienza tempranito, cuando la gente ya reunida en la Cofradía, bien desayunada con café rosquillas y pozol, están alistando las hachas y los machetes que usarán más tarde. Despuesito se trasladan a pie o en carreta hacia una finca que por tradición indígena debe estar al sur de Nicoya, generalmente cerca del Cerro las Cruces por el camino a Curime.
Las tareas de botar, rajar y acomodar la leña en las carretas, está siempre acompañada de cantos, risas, alegre música de marimbas, puyas, bombas y retahílas. Abundan las comidas y bebidas refrescantes como el chicheme, la tiste y la chicha. Todo esto hace la actividad muy agradable y llena de gran colorido. Terminada la faena, las carretas cargadas, en un gran desfile se trasladan a la Cofradía, donde todos los leñadores, los esquivadores, los boyeros y todos los visitantes, degustaran un sabroso almuerzo de comidas y bebidas criollas ofrecidas por el Mayordomo y el Nacume.
Las gentes que participan en la Pica de Leña, vienen de muchos lugares del cantón de Nicoya, de Santa Cruz, Nandayure, Hojancha, de la Península, así como de distintas partes del país, todos fieles devotos de Nuestra Señorita La Virgen de Guadalupe.