Lic. Miguel Fajardo Korea | Premio Nacional de Educación Mauro Fernández | Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El proceso de lectura no es neutral, implica una toma de conciencia, porque el texto literario transforma la cosmovisión del lector. La lectura no es un acto pasivo, por el contrario, induce a otro proceso, la escritura y, a partir de ella, su proceso de animación y promoción para su pleno disfrute espiritual.
Leer es una actividad intelectual o recreativa, donde cada quien puede aportar, transformar, completar, recrear o construir el conocimiento. El horizonte de expectativas que deviene del proceso de lectura significa una experiencia necesaria, de acuerdo con el contexto sociohistórico y cultural donde nos encontramos inmersos.
Cada libro enciende una llama de sabiduría. Sus procedimientos discursivos deben ser decodificados para que desatemos la magia de su imaginación. Leer es participar; llenar los vacíos del texto, cobijarnos de su siembra de pensamientos para transformar nuestra visión cotidiana. El libro es el cuerpo infinito del espíritu (MFK).
El Español incluye cuatro procesos de comunicación, a saber: escuchar, hablar, leer y escribir. Dichas habilidades generan competencias intelectuales, por lo tanto, es necesario sistematizar sus comportamientos.
La lectura se convierte en un acto de producción de sentido dentro del proceso cognoscitivo, el cual requiere un componente motivacional, a bien de favorecer relaciones discursivas, así como la integración de otros aspectos, a saber: pragmático, discursivo, semántico, léxico, morfológico, sintáctico, entre otros.
Mijail Bajtín aduce que “la palabra siempre quiere ser oída [...] siempre busca comprensión como respuesta”. Desde esa línea, como lectores, dialogamos con los textos que leemos, es decir, somos sujetos o lectores participativos, en el tanto le aportamos al texto nuestra propia lectura, todo el cúmulo de experiencias previas, si entendemos que “el lector es otro texto”.
En relación con el alcance de la lectura, Borges señala: “Cada vez que leemos un libro, el libro ha cambiado. La connotación de las palabras es otra... Los lectores han ido enriqueciendo el libro”.
Como puede desprenderse, el proceso de lectura debe ser dinámico. Se requiere la presencia del lector como el sujeto que llena los vacíos del texto, o bien, le aporta su cuota de creatividad, de ahí, entonces, que se favorezca un aprendizaje significativo en las lecturas, tanto en las instituciones educativas formales como en las instancias no formales, pero sin perder la perspectiva integral, como un proceso de goce pleno.
Ciertos alcances de la lectura:
- Enriquece el vocabulario.
- Fomenta la afectividad.
- Es una fuente inagotable de cultura.
- Desarrolla la fantasía y la imaginación.
- Estimula el desarrollo de la inteligencia.
- Conforma la conciencia moral y el sentido crítico
Algunas actividades didácticas de animación de la lectura: Animar, etimológicamente se refiere a dar alma, mover, motivar, dinamizar y comunicar, por ello, es un proceso que ayuda a crecer interiormente y establece un ámbito dialógico con los protagonistas en la maravillosa aventura de leer. En ese sentido, la animación obedece a presupuestos particulares.
En criterio de Pedro Cerrillo y Jaime García: “La animación es una actuación intencional que, con estrategias de carácter lúdico y creativo, va a tratar de transformar actitudes individuales y colectivas en torno a la lectura y el libro”.
Es decir, con la animación a la lectura, se espera que las personas se acerquen a los libros, a fin de propiciar lecturas activas, de manera que se incentive el gusto por ella, asimismo, que pueda discriminar de entre la gran oferta libresca de la actualidad.
- La búsqueda de un mejoramiento en la praxis del proceso enseñanza-aprendizaje de la lectura, permite sistematizar la propuesta didáctica denominada “Separadores literarios”, como un proceso de lectura alternativa, frente a la integralidad, elaborados con todos los requisitos formales requeridos: estéticamente elaborados, sin errores ni ortográficos ni de estilo, con ideas generadoras decisivas para apoyar la posterior discusión reflexiva en el aula.
- Proponer la reescritura de un cuento clásico, a partir de un texto colectivo, contextualizado.
- Redactar una carta dirigida a un personaje con quien se identifique, que aparezca en un texto de sus autores preferidos.
- Proponer finales diferentes de los dados en el texto. Pueden ser orales o escritos, en todo caso, deben compartirse en el salón de clase.
- Si lee poesía, seleccione el verso que más te ha gustado y colecciona tu propia antología, con trozos selectos, como un diario de lecturas poéticas.
- Crear un texto narrativo, cuyos protagonistas sean los miembros de la familia nuclear, aunque puede incorporarse la familia extensa (nietos y abuelos).
- Estudiar los textos con instrumentos didácticos modernos, a saber: esquema actancial, sintagma nominal, principios del personaje, sistema de oposiciones.
- Inferir un sistema recolectivo de valores textuales y aplicarlos en la realidad cotidiana, a partir de la experiencia los propios discentes.
- Dibujar un boceto del personaje que más le llamó la atención, a partir de textos narrativos. En este punto, se debe ser respetuoso con la diversidad de los gustos ajenos.
- Publicación de trabajos literarios, producto de la creación personal en actividades educativas cronogramadas.
- Participar en foros, seminarios, recitales, encuentros, conferencias y charlas relacionadas con el desarrollo de esta temática, junto con grupos seleccionados de educadores y amantes del libro.
Existen diferentes instancias que propician la red de promoción de la lectura:
Entrega apasionada en la enseñanza de la literatura, como un ejercicio holístico que incida en el mejoramiento reflexivo sobre la calidad de vida interior de las personas, porque la literatura transforma desde el alma.
- Llevar escritores regionales, nacionales e internacionales a las instituciones, con el fin de que participen, junto con la comunidad estudiantil, tanto en conferencias, recitales como en talleres de producción textual. En esas actividades, habrá rifas de libros de diversos autores.
- Proponer el intercambio de libros repetidos o usados entre las personas que vamos conociendo en el transcurso de nuestras actividades.
- Integrar a los estudiantes en la dinámica del Centro Literario de Guanacaste, fundado el 20- 3-1974, así como en las reuniones culturales.
- Participar con los estudiantes en las diferentes actividades culturales de extensión comunitaria: charlas, obras de teatro, proyección de documentales de cultura, tanto en el espacio local, como de la provincia y fuera de ella.
- Propiciar el gusto por la lectura no literaria, a partir del trabajo didáctico mensual con el periódico. Dicha instancia la puse en práctica durante 15 años, como una eficaz estrategia de conocimiento lector. La provincia cuenta con periódicos de mucha importancia y proyección, tal es el caso de MENSAJE, decano de la prensa guanacasteca, que dirige con gran acierto, la periodista Erika Fernández Cordero, que ya alcanza 448 ediciones.
- Editar suplementos de cultura, donde se dé espacio a producciones creativas de los estudiantes y autores inéditos, o bien, con obra editada.
- Publicar diversas antologías culturales, donde se edite la obra de escritores.
- Incluir trabajos literarios en revistas culturales físicas o electrónicas.
- Participar en concursos como una manera de confrontar la creación propia con los criterios de selección de lectores objetivos.
- Publicar libros. Mi antología poética “CASA GUANACASTE” (1980-2010), cumple con los objetivos temáticos del programa “Vivamos la Guanacastequidad”.
- Asimismo, se pueden utilizar los siguientes libros antológicos: “Cuentos y otros escritos de Guanacaste” y “Guanacaste: poesía entre siglos (1824-2024)”, de Miguel Fajardo y Santiago Porras
- Asistir a presentaciones de libros de diferentes autores, en actividades que propician el acercamiento lector/autor, las cuales propician una red de relaciones interpersonales muy importantes.
Participar como ponente en foros, seminarios, charlas, conferencias, recitales, en los ámbitos educativos y de empresas, a fin de animar la promoción lectora.
Ver películas o materiales audiovisuales que sean adaptaciones, o tengan como base un libro de calidad, a fin de reforzar el dominio de su contenido, pero no necesariamente, como sustituto de su lectura.
Colocar artículos con temática cultural en Internet, a fin de que se pueda extender el marco de lectura global de los textos en comentario.
Es de suma importancia destacar el aporte de diversas colecciones, como “Leer para disfrutar”, en el entendido que “Leer es una fiesta” y que, para entrar en ella, el “libro es una llave de papel”. Hace algunos años, el Diario La Nación lanzó un proyecto que publicó 200 títulos, con un tiraje de varios millones de ejemplares, a precios muy cómodos. La experiencia anterior permite afirmar que hay un público deseoso de cultivar su espíritu con lecturas y libros reconocidos, agradables y a precios accesibles