Cristian Chaves Jaén
UNA Sede Regional Chorotega inicial
Mediante la iniciativa “Nicoya verde: facilitando espacios y paisajes resilientes a los impactos del cambio climático en el cantón de Nicoya, Guanacaste, Costa Rica”, la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA) busca aportar respuestas a las acciones de la Política Cantonal de Cambio Climático, identificada en el Consejo Cantonal de Coordinación Institucional (CCCI) de la Municipalidad de Nicoya.
Actualmente se han sembrado alrededor de 800 árboles y arbustos, distribuidos entre espacios urbanos, parques y sectores del casco central de la ciudad de Nicoya. El objetivo del proyecto es fortalecer el modelo integrado de gestión interinstitucional de los espacios públicos del cantón de Nicoya, para facilitar el bienestar de la población y a adaptación al estrés térmico mediante el establecimiento de infraestructura verde.
William Gómez, académico de la Sede Regional Chorotega de la UNA, y colaborador del CEMEDE, destacó la coordinación que ha habido dentro del proyecto con diversas instituciones de Nicoya como la Municipalidad, SINAC, la fundación.
NicoyAgua, AyA, ICE y otras, las cuales han colaborado en el proceso. De igual forma, recalcó que cada acción ha estado en concordancia con las medidas sanitarias causadasporlapandemiadelacovid-19.
También se han desarrollado acciones de divulgación sobre la arboricultura, para explicar a la población que se ha contado con la asesoría de ingenieros forestales, arboristas certificados, miembros de la Asociación Costarricense de Arboricultura (ACRA), arquitectos y otros profesionales relacionados con la temática.
Laura Rivera Álvarez, vicealcaldesa de la Municipalidad de Nicoya y encargada del eje ambiental, también valoró el esfuerzo que hace la institución por paliar el problema del calentamiento global. “Si bien Nicoya tiene sectores que generan oxígeno, al tener zonas con árboles, el casco central lo requiere. Necesitamos una Nicoya más verde con más árboles que nos ayudan a producir oxígeno, a purificar el aire, para que los pájaros y la fauna también puedan acercarse. Esto es una visión que tenemos y pensamos que podemos desarrollar en estos cuatro años”.
Destacó, asimismo, la importancia de trabajar con el CEMEDE de la Universidad Nacional, dada la convergencia de intereses que ambas instituciones comparten en pro de la naturaleza y la experiencia conjunta que han acumulado con el tiempo.
Participación estudiantil y de instituciones
Algo a resaltar del proyecto ha sido la participación de los estudiantes del Grupo Hormiga del PGAI de Campus Nicoya. Pese a las condiciones de pandemia, se les incorporó como voluntarios en la siembra de árboles, y también como difusores del proyecto gracias al apoyo de los Fondos para el fortalecimiento de las capacidades estudiantiles (FOCAES) de la UNA. Estos últimos abordaron temas sobre arboricultura, separación de residuos y otras de índole ambiental.
La vicealcaldesa Rivera Álvarez reconoció́ que quedan muchas acciones por emprender y a ellas se abocaran “paso a paso”, pues en un mundo tan contaminado “lo más mínimo que hagamos suma”. Entre las acciones futuras por abordar, siempre en asocio con otras instituciones, mencionó campañas de educación ambiental dirigidas a los más pequeños, para que estos transmitan ese mensaje en los hogares.