Una de cada doce personas necesita servicios de rehabilitación en Costa Rica por una discapacidad temporal o permanente provocada por diversas causas, entre las más frecuentes: accidentes cerebrovasculares, accidentes de tránsito, tumores y amputaciones.
Precisamente para apoyar a estos pacientes, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tiene al servicio de la población un hospital especializado en rehabilitación: se trata del Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE) cuya atención no solo es física, sino que se preocupa por forjar una sociedad más inclusiva.
Las seis lesiones que más frecuentemente se atienden en los servicios de hospitalización del CENARE son en orden descendente:
- Enfermedad cerebrovascular.
- Lesiones medulares.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- Polineuropatías (Síndrome de Guillain Barré).
- Tumores cerebrales
Este centro, que recientemente cumplió 40 años de servicio de la población, sigue siendo un hospital especializado en la atención de las personas con discapacidad a escala nacional. Si bien la polio fue erradicada hace mucho tiempo en nuestro país, en este momento también a las personas con discapacidad originadas por enfermedades y situaciones sociales.
La visión del doctor Humberto Araya, fundador del CENARE, fue futurista y su legado dejó a Costa Rica mejor preparado para las epidemias que existen en este momento y las que vendrán, las cuales provocan discapacidad. "Las epidemias actuales ahora son peores que el polio, porque no se pueden erradicar con una vacuna y crecen casi sin posibilidad de control", dijeron los doctores Arnoldo Matamoros y Roberto Aguilar, director y subdirector del CENARE, respectivamente.
De acuerdo con los especialistas desde el punto de vista demográfico, Costa Rica se está envejeciendo lo que incrementa el porcentaje de gente adulta mayor, más vulnerable a caídas, fracturas, trastornos cognitivos entre otros propios de la edad que producen discapacidad.
Otro elemento que nfluye en elevar los requerimientos de rehabilitación es la significativa reducción de la mortalidad infantil que ha permitido que niños que antes morían, ahora sobrevivan, pero muchas veces con secuelas neurológicas, musculares y esqueléticas que los lleva a condición de discapacidad.
En la actualidad, se presentan una gama de enfermedades metabólicas asociadas a estilos de vida poco saludables que también provocan discapacidad, tales como diabetes, cáncer, eventos cerebro vasculares, infartos del miocardio, , hipertensión arterial, obesidad, trastornos de lípidos, entre otras.
Los médicos adujeron que la violencia, las drogas, el alcohol, el incremento de los accidentes por armas de fuego…está provocando mucha discapacidad, como fracturas, secuelas de lesiones medulares, traumas de cráneo severos entre otros.
Un poco de historia del CENARE
En 1972, un cafetal en la Uruca cerca del Hospital México y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) constituyeron el punto de partida para que el doctor Humberto Araya Rojas viera en esas cinco manzanas pertenecientes a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS)el nacimiento del Centro Nacional de Rehabilitación (CENARE).
Era el momento de buscar los fondos y para eso, tocó las puertas del Patronato Nacional de Rehabilitación, el Ministerio de Salud y los bolsillos de los ciudadanos.
El dinero llegaba, pero era insuficiente por lo que la presencia de don Mario Moreno (Cantinflas” llenando los teatros josefinos permitieron recaudar más fondos a la monumental obra que 40 años después, es orgullo de la rehabilitación nacional.
Medio millón de colones fueron entregados a la CCSS y el terreno ya sería, donde el sueño del doctor Rojas y su hermana Claudia echarían bases reales y sólidas que sostuvieran una edificación moderna inspirada en los centros médicos que visitaron en Estados Unidos para que los pacientes, estuvieran cómodos y seguros.
En 1974, se colocó el primer ladrillo y dos años después el CENARE se inauguró bajo la dirección de su mentor: el doctor Humberto Araya Rojas, a quien la Junta Directiva del Patronato Nacional de Rehabilitación, propietaria del inmueble, lo honró dándole su nombre como reconocimiento a su esfuerzo y visionaria obra en pro de las personas con discapacidad.
Luego de un mes de la inauguración, el Patronato de Rehabilitación entregó el CENARE a la Caja y parte del personal de medicina física y rehabilitación del Hospital México se trasladó a trabajar a ese centro especializado.
El doctor Araya Rojas sabía que para brindar una atención con calidez y calidad, además del personal administrativo y médico, tenían que contemplarse factores sociales y humanos particulares en la población meta.
Solicitó ocho plazas de trabajadoras sociales y cursos de inducción para el personal entrante, capacitación para el manejo de los pacientes con discapacidad.
Como su visión futurista le permitía fortalecer las áreas más sensibles antes que se presentaran los obstáculos, cursó invitación a voluntarios expertos en educación especial para que bajo la orientación del servicio de trabajo social, complementaran la excelencia en la nueva sede.