4 de cada 10 pacientes con cirrosis tienen como causa el hígado graso
La frecuencia de enfermedades del hígado en Costa Rica ha ido en aumento de forma muy considerable, principalmente debido a factores que ocasionan un daño degenerativo a este órgano.
Según la Organización Mundial de la Salud el hígado graso es la enfermedad hepática más prevalente en el mundo.
San José, Costa Rica. Cada 19 de abril se conmemora el Día Mundial del Hígado, una fecha para recordar la importancia de las funciones de este órgano y para generar consciencia con relación a las patologías hepáticas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el hígado graso es la enfermedad hepática más prevalente en el mundo, afectando a más de uno de cada tres adultos y al 10% de los niños.
“El hígado es uno de los órganos más importantes del organismo y que lleva a cabo muchísimas funciones. Lastimosamente la mayoría de las enfermedades que afectan el hígado pueden pasar silentes por mucho tiempo, entonces muchas veces cuando se diagnostican ya están en estados avanzados. Es una fecha que recuerda que a partir de los 40 o 45 años, es importante hacer valoraciones periódicamente de cómo está funcionando el hígado”, explicó el Dr. Marlon Rojas, gastroenterólogo de la Clínica Equilibrium.
El especialista comenta que 4 de cada 10 pacientes con cirrosis tienen como causa el hígado graso, un dato que pone en alerta los servicios de salud, ya que la OMS estima que para el 2030 se van a duplicar o triplicar las complicaciones derivadas por cirrosis del hígado graso.
La segunda causa más común en el país es la hepatopatía por alcohol, seguido por las hepatitis de tipo infeccioso, principalmente la hepatitis B y la hepatitis C, siendo dos infecciones que pueden hacerse crónicas.
Según Rojas, otras causas son las de origen autoinmune, que ocurren cuando el cuerpo comienza a desarrollar anticuerpos que, en lugar de proteger, “atacan” el hígado. Además, menciona que Costa Rica es el país con la incidencia más alta de la enfermedad de Wilson, un trastorno hereditario poco frecuente, que hace que el organismo no pueda deshacerse del cobre adicional, hasta llegar a una cirrosis.
“La alimentación juega un papel fundamental, ya que el hígado puede verse muy afectado por las harinas y grasas. Sus principales factores de riesgo son el sobrepeso, el colesterol alto, la azúcar elevada y la presión alta. Hasta un 40% de los pacientes con hígado graso pueden llegar a lesionar su hígado hasta desarrollar cirrosis, por eso es importante realizar los estudios en sangre y de ultrasonido adecuados para prevenir una enfermedad avanzada”, menciona Rojas.
La frecuencia de enfermedades del hígado en Costa Rica ha ido en aumento de forma muy considerable, esto principalmente debido a factores que ocasionan un daño degenerativo a este órgano. Según el especialista, el hígado graso es una enfermedad metabólica cuyas principales causas son la obesidad, la hipertensión y la diabetes, con esta última existe una estrecha correlación pues algunas veces los pacientes con hígado graso desarrollan diabetes o viceversa. Asimismo, es la causante del 60% de los casos de esteatosis hepática.
Síntomas de un hígado enfermo
Hinchazón y dolor abdominal
Náuseas o vómitos
Sangrado digestivo
Ictericia
Desorientación
Cambios de personalidad
Hipersomnolencia
Actualmente, gracias a los avances de las técnicas de imagen, se ha desarrollado una nueva técnica basada en la evaluación de la elasticidad o rigidez hepática llamada elastografía transitoria (Fibroscan). Esta técnica permite medir la dureza y cuantificar la fibrosis hepática de manera sencilla y totalmente indolora mediante ultrasonidos, el resultado se obtiene de forma inmediata y se puede repetir periódicamente de forma segura.
Este estudio permite determinar exactamente cuál es el estado del hígado y la concentración de grasa que tenga así como el riesgo de inflamación y cicatrización. Los niveles F1 y F2 son hasta cierto punto aceptables ya que se habla de un aumento no significativo. El F3 representa un nivel moderado a severo y F4 es un nivel severo, donde el hígado se inflama y comienza a perder su funcionamiento. En este último estado se pueden generar además complicaciones como formación de várices venosas en el esófago, acumulación de líquido en la cavidad abdominal y una encefalopatía hepática, la cual ocurre cuando el hígado ya no es capaz de eliminar las toxinas de la sangre.