“No a la violencia, no a la guerra, haz la caridad, no la guerra”, de esa forma Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, Obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia, pidió a los fieles volver su mirada a la necesidad de amar en tiempos cuando el hombre se ha volcado a creer solo en lo que puede probar.
“Los racionalistas, los científicos radicales, nunca entenderán el amor porque el amor no se puede explicar desde la razón (...) El ser humano no es solo cerebro, es amor, es espiritual, es metafísica”, insistió Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora, en su homilía, este Miércoles de Ceniza.
En la Catedral de Tilarán, Guanacaste, el Obispo presidió la celebración de esa fecha, abriendo de esa forma el tiempo de Cuaresma de la Iglesia Católica, un caminar de 40 días de preparación y conversión donde se pide ayuno, oración y obras de caridad a los fieles.
En su reflexión, el Obispo centró su llamado en el amor de Dios, único camino para alcanzar la salvación del hombre, de la humanidad, como ocurre cuando una madre ama a sus hijos, así, Dios ama a cada uno de sus hijos, indicó.
“Ser discípulo y misionero, ser cristiano, ser católico, tratar de seguir a Jesucristo, ¿por qué? Por una ley, por una norma, por no ir al infierno: ¡No! Solo porque amor con amor se paga (...) Si no hay amor, no hay santidad”, dijo el Obispo, quien impuso la ceniza a los fieles en la coronilla, durante la misa.
“La cultura actual, atea, racionalista dice: 'Solo puedo creer en lo que pueda probar científicamente, pruébelo y se lo acepto'. En la vida humana, hay tantas cosas que no se pueden probar científicamente y existen”, agregó Monseñor Manuel Eugenio Salazar, quien puso como ejemplo la imposibilidad de “atrapar” el alma humana para estudiarla y racionalizarla.
El Obispo recalcó que las heridas de amor, solo con amor se sanan y, por ello, “lo que el ser humano necesita es ser amado, necesita recibir afecto, cariño”, insistió.
De igual forma, el líder espiritual de la Diócesis de Tilarán-Liberia respondió a la pregunta, ¿qué es un cristiano?: “Es un pecador quien se abandona a la infinita misericordia de Dios y trata de amar ¿A qué conversación nos llama la Cuaresma? Nos llama a tratar de amar”, concluyó el Obispo, quien recordó el pasaje bíblico de la parábola del “Hijo pródigo” al decir a los fieles, “no importa lo que hayas hecho solo vuelve a casa, solo vuelve a casa”.