- En total más de 4000 personas se benefician de las mejoras que se implementan en los acueductos rurales de sus localidades.
- En la comunidad de El Flor se realizó ayer la inauguración de los paneles solares instalados.
Más de 4000 personas de ocho comunidades rurales de Nicoya y la Isla de Chira recibirán los beneficios económicos, sociales y ambientales del proyecto Reconversión de 17 Asadas en organizaciones sustentables a partir de la innovación energética, el cual es ejecutado por el Centro de Derecho Ambiental y de los Recursos Naturales (Cedarena), gracias al apoyo de Fundación Costa Rica Estados Unidos para la Cooperación (CRUSA).
En total se instalaron 124 paneles solares que contribuyen a reducir los costos por facturación eléctrica asociada al bombeo del agua, que es uno de los mayores gastos en que incurren las Asadas para la distribución del preciado líquido en sus comunidades. A su vez, se garantiza un menor impacto ambiental por medio del uso de energía renovable y se posibilita la inversión en otras áreas de necesidad en las comunidades.
Los paneles son los que generan la energía para el funcionamiento operativo en la extracción y distribución del agua a los diferentes usuarios y sus familias.
Las comunidades beneficiadas y la cantidad de abonados son: La Montañita (48) Las Pozas (85), Dulce Nombre (187), Cuajiniquil (77), Corral de Piedra (100), Los Hondores (96), El Flor (95), El Piave (67) y la Isla de Chira (500).
Este domingo 18 de marzo se realizó en la comunidad de El Flor la inauguración de los sistemas fotovoltaicos, evento en el cual participaron representantes de las comunidades, de Cedarena, Fundación CRUSA y del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).
“La reducción en los gastos producto del alto costo de la energía eléctrica se espera en una proporción igual o mayor al 50 %, por lo que estos recursos económicos podrán ser reinvertidos por las Asadas en mejoras al acueducto, como puede ser nueva tubería, tanque de abastecimiento, micro o macro medición, entre otras opciones para el beneficio de la comunidad”, manifestó Virginia Reyes, coordinadora del proyecto en Cedarena.
Por su parte, Michelle Coffey, Delegada Ejecutiva de la Fundación CRUSA agregó que “con este proyecto buscamos mejorar la gestión del recurso hídrico. El agua potable es un factor determinante en el desarrollo de las comunidades y las Asadas son un actor central. En CRUSA hemos apoyado a los acueductos rurales en su camino a ser más sustentables ambiental y económicamente para ser más eficientes y dar un mejor servicio a sus abonados.”
El proyecto Reconversión de 17 Asadas en organizaciones sustentables a partir de la innovación energética también ha apoyado a aproximadamente unas 7850 personas de comunidades de Puntarenas, como Bajos Negros, Gigante, Río Grande, Paquera, Valle Azul, San Isidro y Pueblo Nuevo, así como a la comunidad de La Fortuna de Casitas, en Nicoya.
Olga Zárate, presidenta del acueducto de Gigante compartió durante el evento realizado ayer en El Flor, que antes de la instalación de los paneles solares pagaban por la electricidad cerca de 100 000 colones al mes, pero que en la actualidad ese monto ha disminuido, y este mes, el recibo eléctrico que pagó la Asada solamente representó un gasto de 13 500 colones.