- Medida es paliativa y tiene un costo cercano a los ¢600 millones, aportados por la Comisión Nacional de Emergencia.
- Trabajos cuentan con la asesoría de la División Marítima Portuaria y la ejecución de la Dirección de Obras Públicas.
- Primera fase, que consiste en colocar piedras de menor tamaño ya está prácticamente finalizada.
Debe adquirirse y trasladarse al sitio rocas de entre 5 y 7 toneladas, para complementar lo ya realizado. Tras colocarse prácticamente todas las rocas de menor tamaño (entre los 200 y los 400 kilogramos), se deberán colocar cerca de 12.500 toneladas de rocas de entre 5 y 7 toneladas de peso, para complementar las labores paliativas, que buscan reducir el riesgo de que el oleaje en Caldera invada la carretera (ruta nacional 23) y que no socave las aceras y la vía.
Así lo explicó Verny Jiménez, Director de la División Marítimo Portuaria, del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, ente técnico que definió el trabajo emergente que se debe realizar en el sitio y que está siendo ejecutado por la Dirección de Obras Públicas, del mismo Ministerio.
“Se ha hecho un trabajo en equipo muy fructífero, la solución paliativa consta de colocar rocas de un tamaño menor y sobre ellas las más grandes. La pequeña se tenía en stock, pero la otra se tuvo que comprar, gracias a la Comisión Nacional de Emergencia, que ha trabajado de la mano con el Ministerio.
Eso sí, este tipo de roca no se encuentra en cualquier sitio, se debe gestionar e incluso hasta dinamitar para obtener la del tamaño preciso y luego trasladarla al sitio, y en eso estamos trabajando”, acotó el funcionario.
Se estima que el aporte de la Comisión ronda los ¢600 millones, tanto en la compra de la roca como en el alquiler de maquinaria especializada, que complemente la que ya tiene Obras Públicas. Se espera que en un plazo de una semana ya se estén colocando las primeras rocas de mayor tamaño.