Más que un espectáculo, las corridas de toros continúan formando parte de las tradiciones preferidas por las familias costarricenses.
El gusto de los ticos por las corridas de toros se remonta a la época colonial cuando se registran las primeras corridas que surgen ligadas al desarrollo de la ganadería y por la influencia española en el Valle Central y en Guanacaste, donde se desarrolló la tradición con diferentes matices.
Nacen en Costa Rica, como un acto para festejar la jura y aclamación en la asunción al trono de un nuevo Rey de la Corona Española. Eran desarrolladas en la Plaza Principal, lo que hoy en día es el Parque. En la época republicana las corridas de toros surgen como una actividad más de una festividad patronal religiosa. Durante todo el Período Colonial en Costa Rica, únicamente se utilizó el ganado criollo para la monta.
Según el historiador M.Sc. Francisco Enríquez Solano, desde esa época hay registros en Costa Rica de que se hacían corridas para las fiestas cívicas; “Siempre las fiestas iban acompañadas con una corrida de toros pero era una corrida muy particular, y por eso la gente las fue bautizando como “corridas a la tica”, porque no era a la usanza española” acotó.
Esto se generalizó a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX cuando ya se habla de las fiestas cívicas de San José que se realizaban en diferentes puntos como el centro, el Parque Morazán, La Sabana, Plaza González Víquez y Zapote y en todas hay registros de las corridas multitudinarias donde la gente se metía al redondel con los toros.
Es una fiesta para ganaderos, campesinos, toreros y costarricenses en general. Muchos experimentaron y recuerdan estar desde niños en la finca de sus abuelos y tíos arreando ganado, vacilando con los peones y montando a caballo. Por esta razón, también se acredita el nacimiento de esta tradición desde nuestras fincas, en nuestras tierras, de ahí proviene el toreo "improvisado", el juego de tú a tú entre toro y torero, sin capote, resguardando así la esencia propia de Costa Rica. La monta, al estilo tanto guanacasteco como tico, es toda una fiesta que se celebra desde la planicie nicoyana hasta las medianas alturas ganaderas, allá por San Carlos, Turrialba y Tilarán.
De acuerdo con datos de la “Encuesta Actualidades 2015” de la Escuela de Estadística de la UCR, se corrobora que ver las corridas de toros es una tradición que practica la mayor parte de los costarricenses, pues un 94,5% las ha visto por televisión o en los resúmenes de las noticias y un 50,2% ha ido alguna vez a ver las corridas de toros a algún lugar del país.
En este contexto, la monta de toros ha sido una actividad tradicionalmente masculina, asociada con un rito de pasaje de la juventud donde se pone a prueba la osadía de los varones en un sistema de valores machista.
Esta actividad está muy articulada en el imaginario costarricense como una cuestión de valentía, pues hasta hace pocos años era una actividad que dentro de la barrera era específica de varones y es hasta en décadas recientes que empiezan a participar mujeres dentro de la barrera.
La Encuesta Actualidades 2015 detectó que una de las diferencias más marcadas en la aceptación o gusto por las corridas se encontró entre hombres y mujeres, ya que ellos (67,2%) disfrutan más que ellas del espectáculo (58,6%).
Además evidencia que los ticos se sienten identificados con las “corridas de toros a la tica” pues las consideran una tradición costarricense (promedio de 7,8 puntos) que deben seguir existiendo (6,8), aunque perciben el riesgo para los toreros improvisados y los animales.
Según la encuesta, un 62% de los encuestados admiten que les gusta este tipo de espectáculo, mientras hay un porcentaje de la población a la que “le disgustan” (19,2%) o que “le es indiferente” (18,1%).
Formas de “monta”
Existieron diferentes tipos o estilos de monta, ideadas especialmente por nuestros antecesores precolombinos, como una forma de evitar algunos inconvenientes físicos, relacionados a la estatura, contextura física, desarrollo muscular, y otros.
Los aborígenes llegaron a utilizar cuatro formas en la monta de toros:
- Guapeado’ (doble). Este estilo era utilizado cuando el toro era muy grande y fuerte, donde se utiliza otro montador que se ubicaba en el cuello del animal y de frente al montador principal, ambos se afirmaban en el mismo pretal para sujetarse.
- Cara p’atrás’. Ésta era una variante del estilo anterior, cuando el toro era relativamente liviano. No obstante, el montador debía contar con la colaboración de un buen lazador para poder desocupar el animal.
- Con albarda de cuero crudo’ para lograr mayor estabilidad y seguridad de movimientos.
- Monta con pretal y espuela rústica’, para establecer una mayor sujeción en los pies y no caer fácilmente al suelo.
Los montadores son los que mayor jolgorio, emoción y valentía prestan a las corridas de toros, y quienes en realidad hacen la fiesta taurina. El torero era el elemento principal que resguardaba la vida del montador. Era su amigo. Se utilizaban para ‘torear’ piezas de ‘ayate’ (tela hecha con fibra de cabuya).
Resulta importante aclarar que los espacios utilizados para desarrollar dichas festividades taurinas, fueron evolucionando a partir de los ‘corrales’, pasando por los ‘encierros’ y derivando en lo hoy conocemos como ‘redondel’.