Un grupo de conservacionistas de varios países de la región, entre ellos Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Panamá, se unieron para luchar por la supervivencia de los tapires mediante la creación del proyecto llamado: “Alianza regional para la conservación del Tapir de Baird”, Bairds Tapir Survival Alliance por su nombre en inglés.
Mediante un webinar organizado por el grupo, se presentaron los objetivos y los retos que enfrenta esta especie de gran importancia para la salud de los ecosistemas y para el bienestar humano.
Las dantas son conocidas como “las jardineras del bosque”, por su función dispersora de semillas, vital para la restauración de los bosques ante la problemática del cambio climático; es por esta y otras razones, que la alianza busca mediante acciones directas, multidisciplinarias e inclusivas garantizar la supervivencia de los tapires de Baird en la región.
Según los expertos, hace aproximadamente 10 años, las dantas se veían como una amenaza y como una fuente de alimentación para los humanos, sin embargo hoy, el mundo vive una época de cambio con una generación de personas más preparadas, más conscientes y más comprometidas con la conservación ambiental, lo que desemboca en una oportunidad para integrar a la vida silvestre (incluidas las dantas), en una época de cambio, como un elemento clave para un mejor vivir.
¿Cómo funciona la alianza?
El grupo es integrado por conservacionistas de diferentes países de Centroamérica, y cuentan con el apoyo de comunidades, entes públicos y privados, interesados en la recuperación del ambiente.
Con esta iniciativa se trabaja en un modelo complementario de compartir experiencias para lograr un objetivo en común: “Perder el Tapir no es una opción y significa no solo es perder biodiversidad, sino historia y cultura”.
Esteban Brenes Mora, de Costa Rica Wildlife Foundation, comentó que la esencia de la alianza es apoyarse en las facilidades y ventajas que tienen las diferentes naciones, desde la comunicación hasta técnicas de campo. “Por mucho tiempo muchos científicos y actores de conservación se han enfrentado a desafíos importantes que talvez otros ya enfrentaron, y esa experiencia sería de gran ayuda. Se quiere cambiar la cultura de la conservación de individuos que hay a nivel de Centroamérica, por modelos más colaborativos para que más personas puedan participar en la conservación de vida silvestre de una manera exitosa”.
“La jardinera del bosque”
El tapir es una especie única y ancestral. En algunos países como en Costa Rica, es el mamífero silvestre más grande que existe. Al conservar al Tapir se conserva a otras especies también, por lo que los ambientalistas insisten en que la oportunidad de unirse a la conservación de las dantas, no es solo responsabilidad de los conservacionistas sino de cada una de las personas y comunidades, con el fin de tener un impacto positivo que poco a poco será mejor a través de los años.
En nuestro país, desde el 2014 se trabaja con Tapires, principalmente por el problema de atropellos en carretera. En ese año en total fueron atropelladas 24 dantas.
“Se trabaja con medidas de mitigación y con ello se comenzó a trabajar en formar un equipo interdisciplinario de biólogos, educadores, antropólogos, veterinarios, dibujantes y comunicadores, y el cual se ha convertido en una gran fortaleza. Hoy en día se cuenta con 5 proyectos distintos en Costa Rica, para la protección de la danta, entre los cuales se incluyen áreas de dimensiones humanas, áreas de genética, estudios veterinarios, estudios de ecología poblacional y la identificación de amenazas para encontrar una solución”, agregó Brenes.