Colabora en la nota Silleny Sanabria, periodista
Debido al crecimiento económico de Guanacaste, actividades como el turismo, la construcción de infraestructura y la alta demanda de abastecimiento de agua en las zonas costeras, han causado un sobre uso de los recursos ambientales y una mala recuperación de los servicios. Esto se muestra en la sobreexplotación de las aguas subterráneas lo que provoca la salinización de las mismas y a la vez repercute en un alto grado de contaminación de los mantos acuíferos.
Según un diagnóstico realizado por el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA), sobre el estado hídrico en la provincia, las aguas subterráneas fueron más aprovechadas que las aguas superficiales, tal como es el caso del acuífero Huacas-Tamarindo, el cual presentó un avanzado proceso de salinización y una reducción del 100% en su caudal hídrico. Casos similares se presentaron en los mantos de las zonas de Brasilito, Potrero, playa Panamá, El Coco y playa Hermosa.
El Programa Estado de la Nación (PEN) indicó que ha ido en aumento el impulso de políticas que garanticen el aprovechamiento óptimo del recurso hídrico mediante leyes o decretos ejecutivos, sin embargo, a pesar de las 275 leyes aprobadas para este tema desde 1942 hasta el 2015, se determinó que existen pocos instrumentos para hacer efectivo el control del recurso, sobre todo en cuanto a “superar rezagos en áreas clave, como el marco para otorgar concesiones, fijar tarifas y establecer sanciones”.
Por otra parte, los recursos marino-costeros, se han visto afectados por la sobre explotación pesquera. Sobre este tema se han creado vastas regulaciones sin embargo no se ha logrado su objetivo. Por ejemplo, con la Ley de Pesca y Acuicultura (8436), se pretende llevar un registro de la captura de sardina, sin embargo, no se ha logrado resguardar las amenazas del ciclo de las especies, ni mucho menos la compensación económica de los pescadores.
Para el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), otros de los problemas en la región, son las áreas deforestadas y regeneradas que se asocian al mal uso del suelo, principalmente en localidades como Nicoya en donde se ve afectado especialmente el sector ganadero. El crecimiento del sector inmobiliario es otro de los desafíos en Guanacaste ya que pese a que ha sido uno de los más dinámicos en los últimos años, su desarrollo costero ha intensificado el uso de tierras y a la vez reducido la planificación urbana, lo que desemboca en mayor desarrollo de aguas negras y desechos sólidos por ejemplo.
Ante este panorama, tanto instituciones públicas como privadas, han tratado de aportar iniciativas que aseguren el aprovechamiento óptimo de los recursos invaluables de la provincia de Guanacaste y de esta forma satisfacer las demandas generadas por las distintas zonas afectadas.
La provincia cuenta con varios planes como el Programa Integral de Abastecimiento de Agua para Guanacaste, creado mediante el Decreto Ejecutivo 38665, basado en una serie de proyectos hidráulicos en pro de la correcta provisión de agua para la población, para casos de sequías causadas por el Fenómeno del Niño o el Cambio Climático en general.
El MINAE enfatiza también en otros proyectos estratégicos, tales como el Sistema de Monitoreo de Aguas Subterráneas en Tiempo Real de Acuíferos Costeros (SIMASTIR), para monitorear la cantidad y calidad de las aguas subterráneas y el programa llamado Sistema Nacional de Información para la Gestión Integral del Recurso Hídrico (SINIGIRH), creado con el fin de disponer de información proveniente del trabajo de instituciones del sector hídrico.
Con la implementación de estos y muchos otros planes en pro de la conservación sostenible de los recursos naturales de la provincia, se pretende integrar a más instituciones tanto gubernamentales como internacionales y a la comunidad guanacasteca, para que en conjunto se fomenten acciones inteligentes y eficaces que permitan hacer frente al impacto ambiental desfavorable provocado por el mal uso de los recursos ambientales en la región.