Llegan las vacaciones de mitad del año, y como todos los años, nuestras playas incrementan en modo significativo el número de sus visitantes; y así también, muy lamentablemente, la probabilidad de ocurrencia de las muertes por sumersión debido, sobre todo, a las corrientes de resaca, peligro inminente en nuestras playas que, en los 20 últimos años (2001-2020), han cobrado 984 muertes, tanto de nacionales como de extranjeros.
Las corrientes de resaca, asociadas a la dinámica litoral, y cuyo componente de mayor riesgo se presenta como un flujo de gran rapidez (del orden de metros por segundo) en dirección mar adentro, no son el único peligro presente en nuestras playas, pero sí el que ha causado, por mucho, un mayor número de ahogamientos, y, de hecho, la segunda causa de muerte no dolosa en nuestro país.
¿Pero por qué, no solo en Costa Rica, sino en todos los países ribereños del orbe son tan frecuentes estas muertes por sumersión? Varias son las razones: según estudios llevados a cabo por científicos sociales con visitantes de estos sitios de esparcimiento, quienes visitan las playas se interesan fundamentalmente por divertirse, no por prevenir los eventuales accidentes acuáticos que pudieren ocurrirles. La señalización en las playas, ya de por sí insuficiente en número y contenido, no es advertida por los visitantes. Y, sobre todo, caso de nuestro país, el elemento clave de prevención y rescate, el guardavida calificado, se encuentra presente en un número muy reducido de las aprox. 640 playas con las que contamos, y, además, en cada playa, en cantidad insuficiente.
Por lo anterior es que enfáticamente sugerimos:
- Antes de dirigirse a una playa en particular, informarse sobre el estado del mar y las corrientes de resaca durante el período de interés: (https://www.facebook.com/opcosuna)
- Tomar en cuenta aquellas playas que cuentan con presencia de guardavidas, a saber: Caribe: Playa Negra (fines de semana), Nacascolo y Manzanillo.
Pacífico: Tamarindo, Manuel Antonio, Ballena, Ventanas, Bejuco (Pacífico Central), Dominical, Dominicalito, Hermosa (Pacífico Central), Jacó, Esterillos Oeste, Santa Teresa, Nosara, Tamarindo y Avellanas; y sépase que un guardavida en su puesto no puede cubrir eficientemente más que 500 metros (250 a cada lado) de playa, por lo que, si elige una de estas playas, trate asimismo de ubicarse en las cercanías de estos puestos.
En muchas de las playas hay surfistas con conocimiento empírico de las características locales del mar. Éstos, opcionalmente, no solo pueden detallar los sitios más favorables para bañarse, sino que también, en ocasiones han sido elemento clave en el rescate de individuos en riesgo.
Además, tenga en cuenta la conveniencia de:
- No bañarse si uno acaba de ingerir alimento.
- Observar en marea baja depresiones que no se ven en marea alta, para evitar estas zonas de la playa durante la alta marea.
- Evitar las escorrentías o desembocadura de los ríos.
- Evitar las playas alejadas de los centros de atención médica.
- No descuidar a los niños, si se visita la playa en familia.
- Hacer que los niños usen el chaleco salvavidas- es barato y puede salvarles la vida-, ¡pero nunca dejarlos solos con su chaleco salvavidas puesto, porque se incrementa el riesgo de que sean más fácilmente arrastrados mar adentro por una eventual corriente!
- Saber que el mayor número de incidentes acuáticos se producen con un oleaje moderado (olas consideradas como ideales para divertirse), no con oleajes altos, extraordinarios, que de por sí los evita la mayor parte de la gente.
- Percatarse de si en algunos lugares de la playa se ven manchas blancas o marrones o “zonas de calma” (sin oleaje) que se adentran en el mar y evitar estos lugares.
- Obedecer las recomendaciones preventivas de los guardavidas, así como de la policía turística en las playas donde éstos se encuentran.
- Si usted no es buen nadador, evitar estar en el agua con ésta por encima de su cintura.
- Bañarse siempre acompañado, ojalá con alguien vigilando desde la playa, y en horas diurnas.
- En caso de un percance, llamar al 911 y solicitar ayuda. Para esto, ojalá contar con las coordenadas exactas de la playa donde uno se encuentre.
- Saber que las trayectorias de las corrientes de resaca no son líneas rectas si no, más bien, elipses a lo largo de la playa, con transectos paralelos y perpendiculares a ésta; por lo que, si usted fuere atrapado por una corriente de resaca, lo que debe hacer es esperar a que la corriente lo suelte o nadar siempre hacia los lados de la corriente o, lo que es lo mismo, perpendicularmente a la dirección de ésa. El consejo de nadar siempre en forma paralela a la playa puede representar un gran peligro para el bañista, dependiendo del trayecto de la corriente en el que haya sido atrapado.
- Ingresar al mar por donde rompen las olas. Zonas de calma, que parecen “piscinitas ricas”, donde no rompen las olas e invitan a gozar en ellas, suelen ser las zonas de más alto riesgo: son el inicio de las corrientes de resaca.
- Si se divierte en una playa del pacífico costarricense, procurar bañarse mejor desde una hora antes a una después de la marea alta, ya que observaciones preliminares en varias playas de esta costa, parecen indicar un menor riesgo de formación de corrientes muy fuertes durante estos períodos.
- Si observa que alguien ha sido atrapado por una corriente, tratar de indicarle los pasos a seguir y buscar ayuda. No se aventure a entrar al agua si no es un rescatista experimentado. Se han visto muchos casos en los que en vez de ahogarse uno, se ahogan dos o más. Si no le queda más remedio que hacerlo, hágalo con algún objeto flotante que, en ningún caso, debe soltar.