- Mantener el encanto sin sobrecargar y explotar los recursos figura como el reto del turismo local a futuro.
Karen Retana Periodista
Costa Rica se convirtió en la sede de la 19a Reunión del Comité de Turismo y Sostenibilidad (CTS) de ONU Turismo, en la cual se congregaron representantes de seis países miembros, una decena de expositores de alto nivel internacional y más de 140 invitados especiales.
En el marco de dicha actividad, Alberto López, vocero del Instituto Costarricense de Turismo, ofreció una exposición sobre el futuro del turismo en Costa Rica, abordando los retos actuales del sector, el papel del Índice de Progreso Social (IPS) en la evaluación del impacto turístico y las lecciones que otros países pueden aprender de la experiencia costarricense.
Uno de los principales desafíos que enfrenta el país es la capacidad de carga de sus des tinos turísticos. Este concepto se refiere al número máximo de visitantes que un lugar puede recibir sin que se vean comprometidos ni la calidad de la experiencia del turista ni la integridad del entorno natural.
Según López, la clave está en mantener un equilibrio delicado: garantizar que todos los turistas disfruten de una experiencia satisfactoria sin sobrecargar los recursos naturales y las infraestructuras locales. La sobreexposición puede resultar en una experiencia insatisfactoria, lo cual podría impactar negativa mente en la reputación del destino, llevando a una reducción en el número de turistas futuros.
El reto se complica aún más cuando se considera el contexto de la emergencia climática global, que provoca fenómenos extremos y daños en los destinos turísticos. Costa Rica debe enfrentar no solo la presión de una creciente demanda turística, sino también los desafíos asociados con el cambio climático. Esto requiere un enfoque integrado y sostenible en la planificación y gestión del turismo para proteger los recursos naturales que son la base del atractivo turístico del país, aseguró.
López destacó cómo Costa Rica utiliza el Índice de Progreso Social (IPS) para medir el impacto del turismo en el bienestar de las comunidades locales. Esta herramienta proporciona una base sólida de datos mediante en cuestas realizadas en los centros de desarrollo turístico del país.
El IPS evalúa casi 60 indicadores, principal mente sociales, con una pequeña fracción dedicada a aspectos ambientales. Estos datos permiten conocer la situación específica de cada centro de desarrollo y ajustar las políticas para abordar las necesidades particulares de cada comunidad.
Los resultados iniciales del IPS han mostrado que los centros turísticos disfrutan de un desarrollo social superior al de las áreas circundantes. Esto sugiere que el turismo no solo genera beneficios económicos, sino que también contribuye al progreso social. Las políticas derivadas de los datos del IPS ayudan a asegurar que las inversiones en turismo beneficien a las comunidades locales, mejorando aspectos como la salud, la educación y la calidad de vida en general.
La experiencia de Costa Rica ofrece lecciones para otros países en términos de vincular el desarrollo turístico con el progreso social. López subrayó que, durante situaciones de crisis como la pandemia, evidenciar el impacto positivo del turismo más allá de los beneficios económicos puede ser crucial para obtener apoyo y recursos. Mostrar que el turismo contribuye al desarrollo social y ambiental puede facilitar el acceso a financiamiento y apoyo preferencial.
La capacidad de demostrar estos beneficios puede influir en la forma en que se gestiona el sector y en la forma en que se responde a las crisis, contribuyendo a una recuperación más rápida y sostenible.
López también hizo hincapié en la importancia de las instituciones locales y nacionales en la implementación de políticas basadas en los datos del IPS. La medición del progreso social es solo el primer paso; es crucial que las instituciones utilicen esta información para crear políticas y acciones concretas que mejoren la calidad de vida en las comunidades turísticas.