La restauración beneficiará a 260 niñas y niños de la comunidad de Santa Bárbara, y de pueblos vecinos como San Pedro, Los Ángeles y Polvazal.
La renovación de la escuela María Marín Galagarza, en Santa Bárbara de Santa Cruz (Guanacaste) se convirtió en una alegría para la comunidad. “Cuando la constructora comenzó a hacer las pruebas de iluminación por las noches, los vecinos salían de sus casas para no perderse ningún detalle del acontecimiento”, contó Ana Bela Avellán Chavarría, directora de la institución.
“Imponente”, así califica Avellán a la emblemática escuela, luego de que el Ministerio de Educación Pública (MEP) restaurara el centro educativo con una inversión de ¢700,8 millones.
La entrega de la renovada escuela María Marín Galagarza, fue parte de las actividades conmemorativas al 197 aniversario de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica.
Las mejoras que comenzaron en junio del 2020 y finalizaron este mes, incluyeron la construcción de cinco aulas académicas y una de preescolar, comedor estudiantil, batería de servicios sanitarios. También, se demolieron pabellones colapsados luego del terremoto del 2012, se repararon dos aulas prefabricadas y se remodeló un aula para convertirla en un laboratorio de cómputo.
Un detalle muy importante es que se restauró el tradicional edificio de madera de la escuela, que data de la década de los años 40; se agregaron, asimismo, cancha techada, pasos cubiertos, bodegas, vestíbulo y casetas de seguridad. Los trabajos incluyeron una plaza de cívica, cerramiento perimetral, mallas internas y un sistema de alarma contra incendio.
Estos trabajos benefician a 260 niñas y niños que provienen de la misma comunidad de Santa Bárbara, y de pueblos vecinos como San Pedro, Los Ángeles y Polvazal.
Apoyo de Japón
La embajada japonesa le donó a la escuela María Marín Galagarza $83.000 en cooperación financiera no reembolsable con el objetivo de construir dos aulas académicas y una de preescolar durante la reciente renovación. La educación, en especial en comunidades fuera del área metropolitana, es una de las áreas prioritarias de esa representación diplomática.
“Este proyecto se realizó con el propósito de brindar un ambiente adecuado y seguro a los estudiantes de la comunidad para que puedan realizar sus estudios y contribuir con el futuro desarrollo”, comentó el embajador de Japón en Costa Rica.
“Desde 1989 se han financiado más de 250 proyectos APC (Asistencia para Proyectos Comunitarios y seguridad humana), 67 de ellos han sido dirigidos al sector educación. De parte de la Embajada, deseamos seguir apoyando la educación al ser uno de los pilares principales de la sociedad costarricense.
Escuela con larga historia. La escuela María Marín Galagarza nació en 1888, gracias al interés del pueblo para lograr mejoras en la comunidad. Desde la década de los años 40 se encuentra en la ubicación actual, luego de que el señor Salvador Grijalba le donara el terreno a la institución.
El interés por el desarrollo de la comunidad aún continúa ligado a esta escuela; evidencia de ello es la Junta de Educación, la cual está conformada por vecinos jubilados que quieren aportar conocimientos y fuerzas. Tal es el caso de la exprofesora Odilia Chavarría, presidenta de la Junta de Educación, quien no deja pasar la ocasión para realizar el recuento de los logros que han tenido en diversos proyectos de la comunidad.
“Nosotros conocimos el proyecto y dígame cómo no nos íbamos a enamorar de esta causa; ha sido una lucha de ocho años y en un momento la gente no creyó que lo íbamos a lograr, pero mírenos aquí, frente a esta belleza de escuela”, afirmó Chavarría.
Villalta resaltó el trabajo en equipo de la administración del centro educativo y de las juntas de educación y administrativas del país.
“El progreso de las comunidades va de la mano de personas vanguardistas que no se dejan sucumbir por tropiezos, ellas continúan hasta la meta y en este caso la labor es admirable porque busca el beneficio de toda la comunidad”, concluyó la jerarca.