Un grupo de estudiantes le exigió a la Universidad de Costa Rica (UCR) explicar las razones de peso que esa Alma Mater tuvo para cerrar los Programas Deportivos en las disciplinas de esgrima, judo, porrismo y balonmano.
En una nota dirigida a Gerardo Corrales, Jefe de Programas Deportivos, Recreativos y Artísticos de la UCR, el esgrimista, Bradley Johnston, asesorado por el abogado Walter Brenes, solicitó a ese funcionario “una copia certificada del contrato laboral suscrito entre usted y la Universidad de Costa Rica, con el fin de verificar si dentro de sus competencias tiene facultades para recomendar el cierre de los clubes de representación deportiva”.
Según Johnston, desde el año 2015 la UCR empezó a desmantelar los mencionados programas al punto que en la actualidad dejaron de funcionar los equipos de judo, balonmano, porrismo y esgrima clausura que ha afectado por lo menos a unas 60 personas que dejan de tener beca deportiva, pero considerando las ligas menores se perjudica a unas 100 personas.
De acuerdo con el esgrimista el Club –fundado hace 30 años- de esta disciplina estaba compuesto por 15 deportistas de las 3 categorías (espada, florete y sable).
“Nos dijeron que estos programas se van a cerrar por razones meramente presupuestarias, es decir, que no hay plata. Lo curioso del caso es que sí hay mucho dinero para pagar las anualidades y privilegios salariales de la gran burocracia que se alimenta de la Universidad”, criticó el atleta.
Johnston formó parte del Club de Esgrima de la UCR cuando empezó a entrenar en el año 2007 y; además, representó a esa Casa de Estudios Superiores a partir del 2008 cuando empezó a competir a nivel nacional y posteriormente en la Selección Nacional de ese deporte.
He representado a Costa Rica en los Mundiales Mayores Catania 2011, Kazán 2014, Moscú 2015 y Wuxi 2018; además, en los Juegos Mundiales Universitarios Taipei 2017 y el Mundial Juvenil Belfast 2009.
“Parece que hay todo un esfuerzo concertado de parte de la Universidad por eliminar poco a poco todos los deportes alternativos como los nuestros, porque desde mucho tiempo venimos observando decisiones muy extrañas como reducir los tiempos de entrenamientos, reducir el tamaño de los equipos y poner todo tipo de trabas administrativas para la mejora constante de cada deporte en la UCR”, relató Johnston.
¿Efecto domino?
La carta enviada a Corrales - Oficio HD-002-CA-UCR-Esgrima- el pasado 12 de junio se pide a este funcionario que entregue una copia del contrato que mantiene con la UCR para averiguar si efectivamente él tiene las facultades para recomendar el cierre de equipos deportivos, ya que, según su abogado, Walter Brenes, este aspecto es determinante para verificar si el señor Corrales cuenta con compentencia suficiente para recomendar el cierre de esos clubes deportivos.
“Tememos que esta decisión arbitraria de la UCR anime a otras universidades a seguir este ejemplo, al menos ya el oficio UNA-DPE-OFI-0133-19 utilizó el cierre del equipo de balonmano en la UCR como justificación para hacer lo propio en la UNA, aduciendo falta de existencia de equipos universitarios”, declaró Johnston.
Desde el 14 de marzo pasado el atleta gestionó una petición administrativa ante la Vicerrectora de Vida Estudiantil solicitando la información respectiva; no obstante, a la fecha, la solicitud se encuentra sin resolver, a pesar de haber transcurrido sobradamente el plazo legal para contestar esa solicitud.
La falta de respuesta ocasionó que Johnston interpusiera el amparo de legalidad ante el Tribunal Contencioso Administrativo con la asesoría de la firma de abogados Energy Law Firm (ELAW), mediante la representación de su Socio-Director, el abogado Walter Brenes.