- Miguel Fajardo. AUSENCIAS. San José: Editorial Lunes, 2005: 74 páginas.
Publicado por Editorial Lunes, dirigida por el poeta y gestor cultural Norberto Salinas. Portada acuarela “Invocaciones australes”, del pintor nicaragüense Bayardo Gámez. Ilustración interna de Elsa Salinas Ollé. El libro consta de 43 poemas. Está dedicado a Álvaro Rojas Villalobos (1985-2005), porque una expresión de alegría fue tu vida, cuyo dolor fue dejando ausencias.
En la contracubierta del libro, el escritor dominicano, Cándido Gerón, aduce: riqueza expresiva y una concepción humana y universal”.
Parte de los textos de este libro fue publicado en la separata “Todos los días”, que se presentó y distribuyó durante el XII Festival Internacional de Poesía de Bogotá, Colombia (2004) y donde me correspondió dictar dar dos ponencias y participar en algunos recitales.
El dolor de cada día
Aúlla el gemido de las arpilleras.
La calle de la luna sin peregrinaciones.
Tu país, archivo doliente en las vergüenzas.
La tortura traza su maldad contra los gritos y la resistencia de los encarcelados.
Mario Benedetti sentencia que: “El olvido está lleno de memoria”.
Se habla de la muerte en vida: la burka Talibán, el silencio del escarnio; ondean los pañuelos para maldecir las dictaduras.
El largo oprobio ha ido cayendo.
Las palomas son heroínas para guardar el dolor.
A pesar de los asedios, la clandestinidad es un paso incierto.
¿Quién se los ha llevado?
¿Quién pide calma donde está la represión?
Los desaparecidos son una estadística en el espurio código del sistema.
Ejerzamos la voz como un desafío para que no triunfe la derrota.
Celdas inculpadas
La sangre se llevará los oleajes. Las puertas del sueño como gacela del milagro.
Callan los rumores de la diáspora al final, distribuirán raciones de vos y yo.
La tentación de saciar nuestros cuerpos es una fruta. Siempre lo decías, mujer: encontraremos la salida para contemplar las cañadas o la lluvia.
Derrotaremos a los cerrojos; llamaremos al mediodía y endureceremos la fragua.
Las raíces amurallaron el rencor, la semilla de la entrega como un cerrar a solas en los párpados de la tierra.
Allí se gestará la claridad de nuestros vencimientos.
Vos y el mundo en nuestros labios.
El alba en nuestra sed.
Nos amaremos en cada triunfo.
Es la voluntad del amor contra la guerra.