¿Cómo era la vida en el cantón de La Cruz de Guanacaste hace muchos años? ¿Cómo eran aquellos lugares que identifican ese cantón fronterizo? ¿Cuáles eran los vínculos de parentesco de sus habitantes? Estas y muchas otras preguntas más se las hizo un grupo de jóvenes de La Cruz, quienes participaron en una Beca Taller, de la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura y Juventud, que dio como resultado la publicación de un libro.
Se trata del proyecto “Apropiación positiva del patrimonio arqueológico del cantón de La Cruz, Guanacaste”, mediante el que se realizó la capacitación de un grupo de jóvenes cruceños para la realización de entrevistas a personas mayores portadoras de herencia cultural relacionada con patrimonio arqueológico.
Once jóvenes conformaron el grupo Yaji-Yazra-Majimi, que junto a la arqueóloga Anayensy Herrera como directora, de abril a octubre de 2017 documentaron las experiencias, conocimientos, creencias y prácticas compartidas por 22 adultos de distintas comunidades del cantón.
Precisamente, el resultado de aquellas entrevistas quedó plasmado en el libroLos confines dilatados de La Cruz: gentes herencias y paisajes, que se presentará el jueves 30 de noviembre de 2017, a la 1 p.m., en la Casa de la Cultura de La Cruz, Guanacaste.
Esta iniciativa contó además con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica, sede de Guanacaste y el Centro Universitario La Cruz de la UNED, por medio de la asignación de fondos y el respaldo institucional. Además del libro se realizaron talleres con niños y adultos para que propusieran cuál era la herencia indígena de sus comunidades y los sitios arqueológicos.
El libro Los Confines dilatados de La Cruz: gentes, herencias y paisajes reúne los resultados de las actividades, proporciona datos y reflexiones en torno a la experiencia investigativa.
“A veces lo jóvenes no son tomados en cuenta en procesos investigativos, porque se piensa que ellos están pensando en otra cosa; pero los muchachos en La Cruz, y muy probablemente en todas las comunidades del país, tienen una capacidad de ver con mucho respecto a los mayores, de escucharlos y de aprender, porque reconocen que estas personas tienen mucho conocimiento para trasmitir”, indicó la arqueóloga Anayensy Herrera, quien además explicó que este proyecto continuará por los próximos dos años con tareas de investigación arqueológica y la confección de un plan para la gestión comunitaria del patrimonio arqueológico en La Cruz.